Trajo a mi vida mucho aprendizaje, dijo su viuda Laura Esquivel
Miércoles 21 de octubre de 2009, p. 4
A consecuencia de un cáncer de esófago que le fue detectado hace un mes, el pasado lunes falleció el escritor Javier Valdés Abascal.
Autor de los libros Cuentos para baño y Asesino en serio, como narrador se distinguió por un sentido del humor corrosivo que combinaba con una inesperada ternura. Su restos fueron cremados la tarde de ayer en una agencia funeraria de la avenida Félix Cuevas.
Esposo de la también escritora Laura Esquivel, Valdés Abascal nació en la ciudad de México el 23 de noviembre de 1953. Nieto de un comunista exiliado español, dentista de profesión, Valdés Abascal se crió en una familia relacionada con la política y la diplomacia.
La autora de Como agua para chocolate lo conoció en 1993 y dos años después se casaron. Dos de sus principales características eran la inteligencia y el sentido del humor: “a su lado, no podía dejar de reír, tenía un humor muy incisivo, pero al mismo tiempo te hacía armonizar; era muy generoso y amoroso. Trajo a mi vida mucho aprendizaje, me llenó de dicha, era gentil y solidario.
“Como escritor –evocó Laura Esquivel– tenía una gran capacidad de trabajo, escribía tres o cuatro páginas al día pero le quedaban perfectas, era muy perfeccionista.”
Asesino en serio fue llevada el cine en 2002 por el director Antonio Urrutia. Según Víctor Manuel Medina –escritor amigo de Laura Esquivel y de Javier Valdés– la película no captó la esencia dura, corrosiva, incluso escatológica de la escritura de Valdés.
A la agencia funeraria acudieron a despedir al escritor amigos procedentes de los ámbitos político, cultural y diplomático, que ilustran la capacidad para armonizar
, mencionada por Esquivel y ratificada por Víctor Manuel Medina. Entre otros, asistieron la actriz Jesusa Rodríguez; el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont; la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo Sáizar, quien antes de ser funcionaria del gobierno federal, como editora independiente, fue la primera en publicar los textos de Javier Valdés.
Por voluntad expresa del propio escritor, sus cenizas quedarán bajo la custodia de Laura Esquivel.