México no es un Estado fallido como se ha pretendido hacernos creer, sino uno funcional a los intereses del imperialismo estadunidense y, por ende, ha dejado de cumplir con sus obligaciones en beneficio de la mayoría de los mexicanos. Tenemos que tener claro que cuando el Estado ha dejado de cumplir con esos fines es uno opresor, autoritario, semifascista, pero de ningún modo es un Estado fallido. ¿Cómo en México podemos hablar de un Estado fallido si éste puede dar un golpe para dejar en la calle a 45 mil familias de trabajadores electricistas? Lo hizo con una facilidad que, ¿cómo podemos hablar de un Estado fallido en esas condiciones?, consideró Enrique González Ruiz, ex rector de la Universidad Autónoma de Guerrero.

Durante su participación en el foro México: ¿Estado fallido o Estado funcional al proyecto imperial?, realizado en Casa Lamm, como parte de los foros de análisis que semanalmente desarrolla conjuntamente con La Jornada, dijo que los estrategas de Estados Unidos –como refirió es el caso de su actual embajador en nuestro país, Carlos Pascual– son elementos preventivos de su gobierno, porque tratan de anticiparse a lo que ocurrirá cuando los estados se desintegren.

Aviso de este proceso es “el Plan Puebla-Panamá, en que los estrategas estadunidenses están pensando cosas a 40 o 50 años. Parece ficción, pero no lo es. Así actúan, están acostumbrados a moverse y es en esa lógica que realizan sus acciones de carácter geoestratégico.

En su consideración el Estado que tenemos es funcional a los intereses de Estados Unidos y ejemplo de ello son el Plan Mérida, la ASPAN y los compromisos de fuerzas militares mexicanas de hacer maniobras conjuntas con el ejército estadunidense.

La solución sólo puede venir del pueblo

Sobre el tema, el ensayista, narrador y diplomático Víctor Flores Olea expuso que México vive una serie de presiones políticas sumamente graves –que se han acrecentado con el cierre por decreto presidencial de Luz y Fuerza del Centro–, cuya única solución sólo puede venir de la presencia activa del pueblo, como sucede en un Estado que se rige bajo el principio de la democracia.

Sostuvo que desde el punto de vista de la mayor parte del pueblo –de las masas populares, obreras y sindicales– puede decirse que México es un Estado fallido porque no cumple con los compromisos fundamentales de un Estado, que es atender el bienestar, las exigencias y demandas, en su mayoría, de su población.