Tuxtla Gutiérrez, Chis., 21 de octubre. México se ha convertido en uno de los países que tienen un alto índice de trata de personas, ilícito sólo superado por el tráfico de drogas, advirtieron expertos de Centro y Sudamérica que participan en el primer Congreso internacional sobre migración, trata de personas y derechos humanos, que se inició hoy en esta entidad.

Ana María Martínez, coordinadora de Convenio Violencia y Trata de Save the Children en Nicaragua; Edith Zavala, coordinadora de la secretaria técnica de la Red Regional de Organizaciones Civiles para las Migraciones de Honduras, y Rodolfo Casillas Ramírez, investigador de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales México (Flacso), señalaron que en Chiapas esta actividad va a la alza y está aparejada con el tráfico de indocumentados que buscan llegar a Estados Unidos.

Edith Zavala sostuvo que este problema tiene origen en Bolivia, Brasil, Colombia, Guatemala, Nicaragua, México y República Dominicana, y sus destinos son Estados Unidos y Argentina.

Víctimas, unos 4 millones de personas

Expuso que la Organización Internacional del Trabajo calcula que existen unos 2.5 millones de víctimas de trata, de las cuales 77 por ciento son mujeres y 48 por ciento menores de 18 años; sin embargo, organismos civiles no gubernamentales señalan que quienes padecen esta forma de esclavitud son más de 4 millones de personas. Las ganancias generadas se calculan en unos 42 mil 500 millones dólares.

Explicó que la trata de personas se entiende como la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas para fines de explotación laboral o sexual, y para ello se recurre al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios.

Rodolfo Casillas, investigador de Flacso, señaló que la explotación sexual y laboral está presente en los flujos migratorios internacionales y nacionales, porque las políticas en la materia tienen efectos indeseables que dan lugar a la existencia, operación y desarrollo de redes de traficantes y tratantes de personas.

Hemos pasado del simple traficante de indocumentados a redes delictivas que hacen de esto un negocio jugoso, y la delincuencia organizada ha descubierto las ganancias, concluyó.