Guanajuato, 24 de octubre. Añoranzas, deseos, un universo poético en donde los sueños se hacen realidad es Nebbia.

En el espectáculo –que es una coproducción Suiza-Quebec de Teatro Sunil y Cirque Eloize– el recuerdo de una abuela desencadena un viaje por la memoria en medio de la niebla que flota sobre el río de un pueblo en carnaval.

Personajes alucinantes, divertidos y tiernos desfilaron por el escenario del Auditorio del Estado, en el contexto del Festival Internacional Cervantino. El público infantil y aquellos que aún llevan un niño en el alma gozaron con la propuesta de Daniele Finzi Pasca, quien desde pequeño soñó con el mundo del circo.

La niebla se deslizó sobre los ojos del espectador y sirvió de telón para adentrarlo a las artes circenses, a esa energía que emanan los acróbatas, quienes además dominan otras disciplinas para crear magia en el escenario.

El narrador del espectáculo relató la historia de la abuela que se había ido al otro lado del cielo, más allá de la niebla. Cada recuerdo de la mujer era el inicio de un acto circense; fue así como apareció una bella joven flotando en el aire para regalar al espectador notas musicales provenientes de botellas de vidrio.

Belleza, sensibilidad y fuerza se fusionan en la escenificación de los artistas sudamericanos y los músicos europeos, quienes gozan al escuchar las risas del público por los momentos graciosos que incluye el espectáculo.

Los integrantes de Cirque Eloize mezclan circo y teatro para presentar actos circenses, musicales, así como momentos chuscos. Cada una de las creaciones toca a los espectadores y los envuelve en esa tranquilidad que causa la niebla y la nostalgia que produce el recuerdo de una abuela.

Basado en el teatro popular italiano, Finzi comparte la idea de que cuando el cielo se nos acerca, vemos cosas que comúnmente no se ven, como la facilidad para crear sonidos, reírnos de la vida o desafiar las leyes de la gravedad.

Para la compañía quebequense, el fundamento del espectáculo está en la inclusión de la acrobacia como una fragilidad humana que lleva a todos a la niñez. Conjugar las nacionalidades y sensibilidades ha sido un acierto en la integración del espectáculo.

El público del Cervantino pudo dejar volar la imaginación, soñar y jugar con recuerdos de la infancia, los que siempre han estado ahí pero que la razón impide ver.

Entre aplausos, sonrisas y una tenue luz, la gente que llenó el Auditorio del Estado se divirtió con escenas de humor sobre la enseñanza de artes marciales, el mago que entrena a unos atletas latinos o el contorsionista que desfila por el escenario.

Daniele Finzi Pasca, creador y director de Nebbia (neblina en italiano), desafía la memoria visual del público mediante diversos números en los que se entretejen las historias de un pueblo con la acrobacia.

Finzi, fundador en 1983 de Teatro Sunil, es autor y director teatral de origen suizo, que actualmente hace puestas en escena con la colaboración de compañías teatrales y circenses internacionales por todo el mundo, entre ellas Cirque Eloize.

Como parte de la programación del FIC, Nebbia se presentará este domingo a las 20 horas, en el Auditorio del Estado.