Sobresaliente actuación del portero Luis Michel impide un marcador más amplio
El silbante perdonó un penal al Rebaño
Arias ajustó la defensa a la media hora de juego
En la segunda mitad niveló un poco las acciones con el ingreso de Arellano y Morales
Lunes 26 de octubre de 2009, p. 2
¡Ahora sí hubo festejo! El América por fin pudo celebrar su 93 aniversario. Venció apenas por la mínima diferencia al Guadalajara en el clásico del futbol mexicano, un magro 1-0 por culpa del portero rojiblanco Luis Michel, quien se vistió de luces al contener toda clase de misiles que le despachó la desatinada artillería americanista, y por el silbante Mauricio Morales, quien no quiso marcarle un penal en su favor.
Muy temprano comenzaron las emociones. El América salió al campo concentrado y con los ímpetus desbordados, azuzado por la reñida lucha que vive en el grupo dos, mientras Chivas se mostró titubeante y nervioso.
Al minuto tres, Pável Pardo cobró una falta por el costado izquierdo y el espigado Aquivaldo Mosquera peinó el esférico que entró a la derecha del portero Luis Michel.
La afición americanista desató la euforia, se entusiasmó y comenzó a corear oles para acompañar los pases de los jugadores amarillos. El cuadro tapatío quiso responder, pero Omar Bravo y Javier Chicharito Hernández estaban desconectados del resto del plantel, sin balones y con severas marcas.
Las Águilas impusieron un baile a los confusos tapatíos hasta que, desesperado, Édgar Solís, tacleó al encarrerado Rosinei Adolfo, lo frenó sujetándolo de los hombros y el silbante Morales le mostró cartón amarillo.
Cada pelotazo hacia el área visitante parecía de serio peligro, la gente gritaba ¡Águilas, Águilas!, mientras la zaga del Rebaño reventaba el esférico a diestra y siniestra, casi con los ojos cerrados; el chiste era alejar el peligro.
Raúl Arias, estratega del Guadalajara, todo el tiempo estuvo parado en su área técnica, dialogó con cuanto pupilo pasó a su lado y casi se sale de sus casillas cuando Solís cometió falta sobre Enrique Esqueda; de inmediato alistó al relevo. Antes de irse, El Tepa Solís lavó un poco su deslucido trabajo, porque evitó otra anotación al rechazar en la línea de meta un remate de cabeza de Salvador Cabañas, tras un córner.
Mario de Luna ingresó al minuto 23, Chivas reajustó líneas, pero el panorama no cambió mucho. El cuadro visitante tuvo nulo ataque, apenas al minuto 29 El Chícharo intentó un tiro a gol; sin embargo, lo hizo sin comodidad y de forma fácil resolvió el América, cuando Óscar Rojas paró con el pecho para que el portero Guillermo Ochoa se adueñara del balón.
Los dirigidos por Jesús Ramírez tuvieron más ocasiones de anotar ante la floja marca del rival; como al minuto 33, cuando Juan Carlos Valenzuela remató a las manos de Luis Michel; dos minutos más tarde, Enrique Esqueda hizo la faena a Héctor Reynoso, cedió para Ángel Reyna y Édgar Mejía atajó con una mano. Los americanistas reclamaron penal que no concedió el nazareno.
En la recta final de la primera parte, el portero Michel se vistió de héroe al atajar en forma excelente un trallazo casi a quemarropa de Reyna.
Para el complemento, Chivas mostró otra cara y el partido mejoró. El técnico Arias ingresó a Omar Arellano y su ataque ganó vida. Luego de que el árbitro amonestó a Rosinei por echarse un clavado, el equipo rojiblanco tejió buen ataque; primero Mosquera bloqueó un trallazo del Chícharo Hernández y segundos después Rosinei hizo lo propio ante un trallazo remitido por Omar Esparza.
Reyna tuvo otro mano a mano con Michel y de nueva cuenta salió airoso el guardameta tapatío, cuya figura creció al resolver en forma brillante posteriores disparos de Daniel Montenegro: un tiro raso y una media vuelta que desvió a córner.
Los técnicos hicieron más cambios; mientras el defensivo
Raúl Arias buscó mejorar el ataque con el ingreso de Ramón Morales, Ramírez desconcertó al sacar a Esqueda y Montenegro, dos de sus mejores hombres a la ofensiva, y remató con la salida de Rosinei por Juan Carlos Silva. Hubo posteriores llegadas hacia las metas, pero el marcador ya no se movió.
Al minuto 84 otra vez Michel estuvo sobresaliente, escribió el epílogo a su gran tarde al tapar un remate del paraguayo Cabañas.