La buena fortuna favoreció a Pumas y en dos minutos remontó para sacar un angustioso triunfo de 2-1, que le supo a gloria, por los errores que cometió Monterrey.

Todavía hay una vela prendida, expresó Francisco Palencia, quien tiene esperanza de que los auriazules se cuelen a la liguilla, luego de que su equipo sumó ayer su tercera victoria en el torneo, para llegar a 11 puntos, aunque continúa en el último lugar del grupo tres, con ocho derrotas y dos empates,

En tanto, los Rayados se quedaron con 23 unidades y su cuarto revés en el cerrado sector dos.

Ni el recibimiento que le dieron al equipo de la UNAM con el premio Príncipe de Asturias, en el área de Comunicación y Humanidades, levantó el ánimo de los jugadores, quienes esperaron casi al final del segundo tiempo para sacar sin brillo la agónica victoria en el estadio Olímpico Universitario, que tuvo la peor entrada de la temporada.

Tras demorarse cinco minutos para saltar a la cancha en la parte complementaria, el cuadro del Pedregal comenzó a presionar y se metió al área chica del adversario, pero sin concretar.

Sin embargo, el conjunto de Víctor Manuel Vucetich acechaba la guarida felina de Sergio Bernal y la débil defensa auriazul no supo controlar a Humberto Suazo. El Chupete se sacudió a sus rivales y sacó un zurdazo al minuto 72, para el 1-0.

Con el marcador en contra y con pocos seguidores que los alentaban con sus goyas, el cuadro universitario parecía jugar con una loza sobre sus espaldas: sin garra ni lucha.

Una ligera lluvia cayó en el México 68 y quizá eso provocó que Pumas despertara y aprovechara los errores que costaron caro a los regios, y que fueron oxígeno para el equipo local.

En dos minutos, Pumas sobrevivió. Primero, con el empate que le dio Pablo Barrera, luego de que Dante López sacó un tiro que desvió Duilio Davino y la pelota pegó en el palo izquierdo, lo cual aprovechó el auriazul en el rebote.

Luego, al guardameta rayado Jonathan Orozco se le doblaron las manos y el balón le cayó a Ismael Íñiguez, quien con la cabeza puso el 2-1, a cinco minutos del final.

La primera parte exhibió la decadencia de los campeones frente al binomio Suazo y Osvaldo Martínez, que en varias ocasiones se acercó peligrosamente con el deseo de horadar la meta felina, que en más de cinco ocasiones salvó con manos y piernas el veterano Bernal.

A Pumas se les presentó una valiosa oportunidad pero le faltó inspiración a Martín Bravo. El argentino robó el esférico al guardameta rayado Orozco, pero echó el remate a un lado de la meta regia.

El técnico Ricardo Ferretti chasqueó los dedos, regañó a Bravo y extendió su llamada de atención a la defensa. Luego sacó a Marco Antonio Palacios, por un dolor de cabeza, y en su lugar ingresó Humberto González.

Antes de entrar a vestidores, Palencia negó que la suerte los favoreciera, porque a pesar de que su equipo iba abajo no nos desesperamos y sacamos los tres puntos para tener tranquila a la afición, que en algunos momentos los abucheó.

Mientras Paco declaraba, un espectador comenzó a insultar a Víctor Manuel Mahbub, presidente del patronato de la UNAM, quien prefirió no salir a festejar y con la cara enrojecida soportó que le gritaran ratero.

Después se escucharon otras voces de inconformidad hacia el directivo, pero nunca se metieron con el equipo.

En la conferencia de prensa, Íñiguez reconoció que aunque no han logrado un mejor futbol, ganamos por circunstancias del rival y por eso no toda la gente está contenta, mientras Barrera aceptó que no fue un buen partido (de Pumas), pero así son las cosas y la suerte nos tocó a nosotros.

El timonel Víctor Manuel Vucetich no estaba contento de que su equipo perdiera en la recta final del partido, cuando lo tenía controlado: Es preocupante (el resultado), cometimos errores y hay que analizarlos, porque estamos en un grupo difícil y tenemos que levantarnos inmediatamente para estar en la liguilla.