Toluca, Méx., 1 de noviembre. Toluca se convirtió en el primer equipo del futbol mexicano en jugar mil partidos de local en un solo escenario: el estadio Nemesio Diez. Y lo hizo con una victoria, tras imponerse 2-0 al Querétaro, lo que además le sirvió para convertirse en el primer clasificado a la liguilla del Apertura 2009.

Los Diablos Rojos llegaron a 29 puntos cuando faltan tres jornadas por disputarse. Su escolta en el grupo uno, San Luis, tiene 17, mientras Chivas y Atlas suman 15, por lo que ya no podrán alcanzarlo aunque pierda las nueve unidades que faltan por disputarse.

Mucho debieron trabajar los choriceros para vencer a los Gallos, por los que destacó el argentino Carlos Chiquito Bossio, quien detuvo una pena máxima a Héctor Mancilla (59), pero no pudo evitar los goles de Carlos Esquivel a los 65 minutos y de Antonio Naelson Sinha, quien anotó un golazo (80).

En choque de la jornada 14, el conjunto mexiquense amarró su boleto a la lucha por el título y se consolidó como líder de la tabla general, además de cortar una racha de tres fechas sin victoria.

Por su parte, los benjamines se estancaron con 12 unidades en el penúltimo puesto de la misma llave y vieron romperse su periodo de tres triunfos al hilo, por lo que no lograron acercarse más a Indios de Ciudad Juárez, en la tabla de cocientes, en su lucha directa por el no descenso.

Los pupilos de Carlos Reinoso cerraron todos los caminos a los escarlatas en el primer tiempo, con coberturas correctas y sin ceder espacios para que algún elemento local tuviera tiempo de intentar alguna sorpresa.

Su esquema tuvo momentos de dramatismo, como un disparo de Néstor Calderón dentro del área, tras pase de Carlos Esquivel, el cual fue desviado por Joaquín Beltrán, para cambiar la trayectoria y que el esférico saliera cerca del poste izquierdo.

En el primer lapso los visitantes sólo tuvieron un tiro lejano de José Aceves, al minuto 21, y otro directo al 30 de Margarito González. Nada más.

Como los Gallos renunciaron por completo al ataque, para el complemento el técnico José Manuel de la Torre optó por sacar a un defensa y mandar al canterano Raúl Nava para reforzar su ofensiva, en busca de abrir algún resquicio en la sólida defensa planteada por el chileno Reinoso.

En el segundo lapso los visitantes cometieron errores que les costaron su octava derrota del torneo. El defensa Omar Maldonado jaló de la playera a Sinha dentro del área, para una inobjetable pena máxima a los 58 minutos, que además costó al zaguero su expulsión por doble cartón amarillo.

Sin embargo, Chiquito Bossio recompuso el camino de los Gallos al desviar a la derecha el tiro de Mancilla, quien buscaba su décimo gol de la temporada. Como en la mayoría de los tiros penales, el arquero se movió antes del disparo, pero el silbante no repitió la ejecución.

No obstante, Esquivel encontró el camino al gol, al colarse en diagonal hacia la media luna y soltar zurdazo cruzado a la izquierda, al minuto 65, acción en la cual los queretanos no salieron a presionarlo como habían hecho durante todo el tiempo disputado hasta entonces, y esa falla les costó verse abajo.

A pesar de la desventaja numérica y en el marcador, los visitantes no cambiaron su esquema y apostaron todo a un balón parado, pero no aprovecharon las escasas oportunidades que tuvieron.

Hacia el final del encuentro vino el segundo tanto del Toluca por conducto de Sinha, quien recibió un balón por el costado derecho del área, recortó al zaguero uruguayo Adrián Romero y soltó disparo cruzado a la horquilla derecha del arco rival, para decretar un golazo.

El estadio del Toluca fue inaugurado oficialmente el 8 de agosto de 1954, con el encuentro entre los Diablos Rojos y el equipo yugoslavo Dynamo Zagreb. En un principio se llamó Héctor Barraza, luego Luis Gutiérrez Dosal y le siguió Toluca 70.

Para el Mundial de 1986 el escenario fue remodelado y a partir de ese momento se nombró Toluca 70-86. El 3 de junio de 2000 cuando la también Bombonera tomó el nombre de Nemesio Diez Riega.

El inmueble ha sufrido modificaciones, desde las gradas de madera hasta las tribunas de cemento alrededor de la cancha, dos con techo para cubrirse del sol y la lluvia.

Sin embargo, fue en 1953 cuando los Diablos Rojos ascendieron a la primera división y el inmueble se comenzó a transformar hasta quedar como está en la actualidad, con capacidad para 24 mil aficionados.