Toluca, Méx., 5 de noviembre. Comuneros de San Francisco Xochicuautla, municipio de Lerma, advirtieron que impedirán la construcción de la autopista Naucalpan-Toluca –que realiza el gobierno mexiquense– por el daño ambiental que causará al parque nacional Otomí-Mexica y al Santuario del Agua, áreas naturales protegidas.

En conferencia de prensa, los labriegos indicaron que el trazo de la autopista implica derribar, sólo en el municipio de Lerma, más de 20 mil árboles en dichos parques naturales, que son una de las principales zonas de recarga del acuífero de la cuenca del Lerma, que abastece al Distrito Federal.

La construcción de la carretera de poco más de 35 kilómetros, con la cual se pretende unir el poniente del Valle de México con el valle de Toluca en 25 minutos, ya afectó zonas boscosas de Lerma, principalmente por la apertura de brechas para realizar estudios topográficos y de mecánica de suelos.

Las obras de la autopista, que se iniciaron este año, costarán casi 2 mil millones de pesos, erogados por la constructora Proyectos Integrales, Desarrollo y Administración, a la cual también se concesionó el mantenimiento y operación de la vía por los próximos 30 años.

De acuerdo con la Secretaría del Transporte, la obra beneficiará principalmente a usuarios del aeropuerto internacional de Toluca, la mayoría provenientes del poniente del valle de México.

A la fecha se han liberado 11 kilómetros de derecho de vía, pero falta negociar el resto con comunidades de Lerma y Naucalpan.

La obra por sí misma viola leyes ambientales y el Código Agrario del estado de México, que prohíbe proyectos de infraestructura en territorio comunal, afirmaron los comuneros.