La acusación del presidente de la Cámara de Diputados, Francisco Ramírez Acuña, contra los reporteros que cubren la fuente en San Lázaro –de los que dijo que reciben chayote– tuvo notable eco en la mayoría de los medios de información del país, que demandaron al ex gobernador de Jalisco documentar su señalamiento o retractarse públicamente.

La escalada de críticas y reproches contra Ramírez Acuña, conocido en su estado como Paco el Opaco –por haberse negado a informar de sus ganancias como funcionario–, propició que su jefe de prensa, Juan María Naveja, cortara la hebra por lo más delgado: despidió al director de Relaciones Públicas, Martín Ortiz, argumentando que no desactivó el malestar de los periodistas contra su empleador.

Martín Ortiz, quien atendía la logística informativa de Ramírez Acuña y observaba que funcionara la sala de prensa en San Lázaro, recibió la noticia de su cese ayer al mediodía, sin mediar mayor explicación que la referente a no haber calmado el malestar de los reporteros.

Paralelamente, trabajadores de la Dirección General de Televisión Educativa (Dgtve) dieron a conocer que Juan María Naveja, quien se desempeñó como titular de esa dependencia del gobierno federal, “implementó una política de terror y agresión a través de quien fue su segunda de abordo, María Eugenia Ramírez, actualmente en San Lázaro directora general editorial y de imagen legislativa.

La gestión de Naveja en la Dgtve se caracterizó por la prepotencia de María Eugenia Ramírez, quien, por cierto, ocupó el cargo de directora general adjunta, que no existe en la estructura orgánica de esa instancia de la Secretaría de Educación Pública.

Mediante correos electrónicos enviados a distintos reporteros que cubren la fuente informativa en San Lázaro, se advierte que María Eugenia Ramírez cesó, sin mediar mayor explicación, a los directores de producción, Máximo Blázquez; de planeación, Eduardo Trujillo; ingeniería, Francisco Xochipa, y vinculación, Mónica Gómez.

Asimismo, se refiere que Naveja, a quien ya se conoce en la sala de prensa de San Lázaro como Navajas el Censor, traslada en cada posición pública que ocupa a un equipo integrado, además de Eugenia Ramírez, por Martha Montaño, Sonia Robles, Gustavo Jiménez, Pablo Martínez Pichardo, Hugo Baus y Óscar Olguín.

El descontento que ha generado Naveja entre los coordinadores de comunicación social de los siete grupos legislativos en la Cámara de Diputados se manifestó ayer, cuando se distribuyó entre los reporteros una copia –proveniente de una de las bancadas– con cinco incisos del Manual General de Organización de la Cámara de Diputados, que han sido pasados por alto por Naveja.

Ha faltado a su obligación de diseñar y proponer estrategias generales de comunicación para la Cámara de Diputados con la finalidad de garantizar la mejor cobertura del quehacer legislativo por parte de los medios de comunicación.

Ha dejado de difundir en forma sistemática y oportuna las actividades en la Cámara de Diputados a través de los medios informativos; no ha propiciado el cumplimiento de la equidad y la oportunidad, y ha errado en apoyar a las áreas de comunicación social de los grupos parlamentarios.