Viernes 13 de noviembre de 2009, p. 28
Madrid, 12 de noviembre. British Airways (BA) e Iberia sellaron hoy un principio de acuerdo para su fusión de 7 mil millones de dólares, que de concretarse las convertiría en el tercer grupo aéreo del mundo y tendría sus dos principales sedes en Londres y Madrid. La nueva empresa se llamará TopCo.
Iberia, a través de sus portavoces, confirmaron no sólo la firma del preacuerdo de fusión, sino que su consecución es inminente
y sólo está pendiente de dos factores importantes: la aprobación definitiva por parte del consejo de administración de BA –que se concretó esta misma noche, aunque aún se desconocen sus términos–, puesto que el de Iberia ya dio el visto bueno, y el segundo, el acuerdo interno al que llegue la compañía británica con los sindicatos para financiar el plan de pensiones de la plantilla, que de no ser satisfactorio
a los intereses de Iberia ésta suspendería unilateralmente la operación.
El acuerdo de fusión se negocia desde hace 16 meses. Tanto Iberia como BA se encuentran en un momento especialmente delicado en sus finanzas; la aerolínea británica registró en el primer semestre del año pérdidas netas de 231 millones de euros, con lo que ya acumula un déficit de más de 3 mil millones de euros, mientras Iberia sólo en el primer semestre el año ha perdido 165.4 millones de euros.
Congelamiento salarial y despidos
Tanto BA como Iberia se encuentran inmersas en un proceso de restructuración
, en el caso de la aerolínea española en el llamado Plan 2012, que supondrá para el mismo año la prejubilación de los tripulantes de cabina mayores de 55 años, el despido de algo más de 200 trabajadores y, lo más destacable, la congelación salarial de toda la empresa para los próximos dos años.
El preacuerdo alcanzado entre las dos aerolíneas permitirá que se mantengan las dos marcas, es decir, tanto los aviones Iberia como los de BA seguirán viajando con sus logotipos tradicionales. Asimismo se mantendrán las dos sedes, social y fiscal, y el presidente del nuevo conglomerado sería el español Antonio Vázquez, actual presidente de Iberia, y a su homólogo de BA, Willy Walsh, le corresponderá la función de consejero delegado.
La noticia de la inminente
fusión provocó una subida inmediata de las acciones de ambas empresas, en el caso de Iberia superior a 13 por ciento, y en BA, de casi 9 por ciento.
Otro escollo que tendrá que superar la fusión es la relación actual de Iberia con una parte de su plantilla, en concreto con los tripulantes de cabina, que mantienen desde hace más de un mes un conflicto laboral en el que tienen previsto mantener numerosos paros laborales.