Necaxa, Pue., 12 de noviembre. Un día después del paro cívico nacional, mientras en este pueblo los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro (LFC) aseguran que se mantiene la esperanza de recuperar el empleo, los gobiernos federal y estatal instalaron dos módulos en la alcaldía del municipio Juan Galindo donde ofrecen reconversión laboral y cursos de tres meses para obtener trabajo en talleres de costura o dedicarse al cultivo de plantas de ornato.

Existe una condición para recibir capacitación y obtener una beca de 4 mil 600 pesos mensuales de las secretarías del Trabajo local y federal: haber aceptado su liquidación de LFC.

Las cifras en cuanto al número de electricistas que ya aceptaron la liquidación se desconoce. El presidente municipal de Juan Galindo, Luis Gerardo Martínez, dice que van 130; la representación sindical, 30.

Al principio nadie se detenía en el módulo donde se lee: Programa de Capacitación para la Reconversión Laboral. Una hora después de haberse instalado, de manera esporádica se acercan algunas personas y preguntan por los cursos de inglés, computación, diseño industrial de ropa y preparación y conservación de alimentos.

Israel Geovanni Orduña Cervantes, encargado del módulo laboral, dijo: Se tiene como objetivo brindar capacitación durante tres meses y para ello se les dará una beca de 4 mil 600 pesos al mes y 15 pesos diarios para transporte: el programa sólo es para aquellos que hayan aceptado su liquidación. Tampoco aplica para los habitantes de la zona.

También a las puertas de la alcaldía, el Fondo Nacional de Empresas Sociales (Fonaes) instaló un módulo para dar asesoría y recibir solicitudes de recursos para instalar microempresas.

Yvón Gutiérrez Vázquez, la representante del Fonaes en Puebla, ofrece a los habitantes que acrediten ser capaces de echar a andar proyectos productivos, créditos hasta de cien mil pesos o 3 millones si se unen en una empresa 30 personas.

Lunes y martes de esta semana recibieron solicitudes para la instalación de tortillerías, talleres de costura, plantas de ornato y carpinterías. Sólo dos de cada 10 personas que acudieron a solicitar informes eran trabajadores electricistas. El asunto es incentivar la actividad económica en la región, señaló Yvón Gutiérrez.

Los electricistas preferimos nuestro trabajo, no migajas. Es nuestra vida la que está en juego, sostuvo Gerardo, con 30 años de antigüedad en LFC, quien a finales de septiembre comenzó su trámite de jubilación.

“Para mí todo quedó en suspenso. Lo que ahora más quiero, igual que todos, es que nos regresen nuestros empleos. Después veremos qué pasa con ese trámite. Tenemos la esperanza de que el gobierno acceda a negociar.

“Pero también hay que decir que muchos de nosotros hemos salido a buscar trabajo a las comunidades cercanas: de albañiles, plomeros, cerrajeros, de lo que sabemos, y se han dado abusos. Hace unos días un compañero fue a colocar una chapa por 150 pesos. Cuando terminó el trabajo sólo le pagaron 75. Le dijeron: ‘Pues estás necesitado, ¿no?’

Pero no perdemos la esperanza, tenemos fe. Por eso nos ves aquí cada día, por cientos; estamos luchando, defendiendo nuestro empleo, terció Cruz Amador.

Incidentes

Ayer ocurrieron dos incidentes en la zona de acceso a las instalaciones administrativas de la hidroeléctrica Necaxa.

Primero, dos camionetas de la empresa Cyepsa, custodiadas por patrullas federales, que pretendían ingresar a la zona, fueron retenidas durante más de 30 minutos por los electricistas.

Éstos denunciaron que los policías violaron el acuerdo de que no permitirían la entrada de ningún empleado de la Comisión Federal de Electricidad ni prestadores de servicios de construcción u operación eléctrica.

Luego de dialogar con los mandos policiacos liberaron los vehículos y se ratificó el compromiso de que no habrá más ingresos de empleados de la CFE a la zona.

El segundo incidente ocurrió minutos después en el mismo lugar: funcionarios de la Procuraduría General de la República, entre ellos los agentes del Ministerio Público Federal José María Barragán y Fernando Argüelles, fueron descubiertos cuando tomaban fotografías del plantón.

Al ser detectados, los funcionarios trataron de huír y con el auto en que viajaban golpearon a una electricista, por lo que fueron detenidos; reconocieron estar realizando una diligencia relacionada con el conflicto del SME. Los electricistas les dijeron que preguntaran lo que quisieran otro día, y los dejaron ir.