Opinión
Ver día anteriorLunes 16 de noviembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Diputados juegan a la roña con puñal

Vergonzosa rebatiña del presupuesto

J

usto en vísperas de uno de los años más complicados de la historia política y económica del país, los diputados no dejan de jugar a la roña con puñal. En la primera tanda (Ley de Ingresos), los legisladores clavaron inmisericordemente la daga a los contribuyentes cautivos; en la segunda (Presupuesto de Egresos de la Federación 2010), se la hincan entre ellos mismos en una rebatiña por demás vergonzosa, en la que ni siquiera están en juego los respectivos intereses partidistas, sino los correspondientes a los señores gobernadores y su peso específico en las bancadas de San Lázaro, con miras a los no pocos procesos electorales que se avecinan en diferentes entidades de la República.

En el límite del plazo legal para aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación 2010, los legisladores ferozmente se jalonean la cobija presupuestal, la única que existe y la que legalmente, se supone, debe cubrir a todos: ni para vencedores ni vencidos, sino para el país en su conjunto. Pero como ya ni siquiera guardan las formas, los inquilinos de San Lázaro protagonizan un denigrante espectáculo: si 2010 ya se vislumbra delicado (una vez más se pondrá a prueba el sistema nervioso de los mexicanos), con la descarada rebatiña electorera del presupuesto el horno alcanzará su máxima temperatura.

En el denigrante jaloneo no gana el de las mejores ideas para atender los reclamos ciudadanos, el de las propuestas que fortalezcan al país y lo saquen del hoyo, sino el que tenga mayor número de curules, incluso dentro de las mismas bancadas. Así, la rebanada más gruesa se la comerán los tricolores, y dentro de éstos los gobernadores con el corral más poblado y mejor maiceado en San Lázaro. A estas alturas del partido, los arrebatos blanquiazules no asustan ni al perro flaco de la esquina, mientras los de la izquierda –o lo que queda de ella– se quedaron como el chinito.

Gobierno federal, mandatarios estatales y sus respectivos borreguitos en San Lázaro exigen más dineros públicos, pero ninguno está dispuesto a ceder en el gasto que ellos mismos realizan. Ni un peso atrás, gritan a coro, aunque desplumen sin decoro a los contribuyentes de siempre. Pero no todo es negro: con el pastel repartido entre el inquilino de Los Pinos y los señores gobernadores, el teleauditorio constatará en qué se gastan los impuestos que obligadamente paga, y verá con mayor frecuencia en la pantalla chica a entusiastas, carismáticos y desinteresados personajes de la farándula nacional como Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, Ulises Ruiz, Fidel Herrera Beltrán, el bailador Humberto Moreira, Marcelo Ebrard, Ivonne Ortega y tantos otros que llevan felicidad y progreso a los hogares mexicanos.

Para qué recortar el gasto en servicios personales (a nivel federal y estatal), si allí están los contribuyentes cautivos. Con el aumento de impuestos y la creación de otros se financiarán las campañas electorales de 2010 –en las que se prometerán millones de cosas que nunca cumplirán, como el inquilino de Los Pinos comprenderá–; para qué acabar con los regímenes tributarios especiales, si con el incremento temporal de gravámenes y de precios y tarifas del sector público se obtiene suficiente para mantener el tren de vida de los eficientes y comprometidos funcionarios.

Tendrán lo suyo, gastarán a manos llenas y les importará poco todo lo demás, porque confían en que los mexicanos seguirán igual de pacientes que siempre; éstos verán pasar el dinero y se enterarán, por ejemplo, de que para combatir la influenza A/H1N1 en 2010 el Sistema Nacional de Salud contará con un presupuesto de 600 millones de pesos, es decir, sólo 10 por ciento de la propuesta que presentaron los diputados, señaló el secretario de la Comisión de Salud de San Lázaro, Antonio Benítez Lucho. Con ese presupuesto, que también será usado para atender los casos de dengue, México hará frente al virus que lo puso contra la pared entre abril y mayo, que ha cobrado casi 500 vidas, con casi 62 mil casos en las 32 entidades de la República (El Universal).

Apenas 600 millones de pesos para combatir la influenza A/H1N1. Ojalá y esos dineros no sean los que se destinen a la prometida adquisición de vacunas, porque difícilmente se encontrará en el mercado internacional una ganga como la siguiente: 600 millones de pesos entre 107 millones de mexicanos (cobertura completa) significa adquirir vacunas a un precio unitario de 5 pesos con 60 centavos. Sería una maravilla, pero resulta que la vacuna barata –de fabricación china– ronda los 20 dólares por unidad, es decir, cerca de 270 pesos mexicanos. Entonces, si ése es el presupuesto, sólo 2 por ciento de los heroicos habitantes de esta nación serían vacunados.

En contrapartida, lo urgente: si se suma el gasto de las campañas televisivas que realiza un número creciente de gobernadores –los mismos que en 2010 tendrán elecciones en sus respectivos estados y/o que le hacen ojitos a la silla grande en 2012– y se añade la febril debilidad del inquilino de Los Pinos de aparecer constantemente en la pantalla chica, con su grueso costo, entonces es fácil concluir que el citado presupuesto para combatir la influenza A/H1N1 equivale a la propina para el café.

A lo urgente, pues, ni un peso menos. Por el contrario, muchos más. Por ejemplo, ayer la bancada tricolor sudaba la gota gorda para obtener 5 mil millones adicionales, los cuales se destinarían (versión oficial) al presupuesto del campo. Pues bien, los propios priístas desperdiciaron una ocasión dorada, pues esa cantidad, más su pilón, es la que exentaron, vía Ley de Ingresos, a los grandes consorcios que participan en el jugoso negocio del triple play (telefonía, Internet y televisión de paga), con la fábrica de sueños de Emilio Azcárraga a la cabeza. Para estos diputados es importante atender las demandas partidistas en lo que al campo se refiere (también versión oficial), pero lo realmente urgente era amarrar acuerdos con los barones de la televisión con miras a las elecciones estatales a realizarse a lo largo del próximo año y la cereza del pastel en 2012. Y 5 mil 600 millones de la nación en exenciones fiscales es un exquisito bombón difícil de despreciar.

Las rebanadas del pastel

Con el cuento de detener el reloj legislativo, los inquilinos de San Lázaro rebasarán con creces el término legal (15 de noviembre) para la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación 2010. Habrá PEF, sin duda, pero el problema es que de mucho tiempo atrás la clase política detuvo el reloj del país, y así lo dejó.