Madrid, 16 de noviembre. El deceso de Antonio de Nigris se sumó a la lista de futbolistas profesionales fallecidos durante los pasados seis años: Antonio Puerta (Sevilla), Foé (Camerún), Serginho (Brasil), Feher (Hungría), Cunha (Portugal), Abdelwahab (Egipto) y Rojas (Paraguay).

En España, donde se registran entre 50 y 60 muertes súbitas al año durante prácticas deportivas de diverso tipo, la sede local del Comité Olímpico y el gobierno de Madrid firmaron este lunes un acuerdo para concretar un proyecto de estudio y detección de alteraciones genéticas cardiovasculares en deportistas de alto nivel, ya que las deficiencias cardiacas son la principal causa de muerte súbita.

A partir de ahora, en la capital española se realizarán exámenes de ADN, previa autorización de los atletas, para diagnosticar y prevenir a quienes tienen mayores probabilidades genéticas de muerte súbita.

Sin embargo, los cardiólogos advierten que esas pruebas no son inequívocas y la forma más eficaz de combatir este mal sería aplicar electrocardiogramas, que a su vez sean analizados por expertos, y la provisión de máquinas desfilibradoras a todas las instalaciones deportivas, ya que, cuando un atleta sufre un ataque, sólo éstas pueden salvarle la vida.

Por su parte, la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) lleva varios años promoviendo la prevención como la mejor manera de combatir ese mal.

En octubre pasado, la conferencia médica anual de la FIFA, realizada en Zurich, Suiza, se refirió a ese tema, entre otros. Los representantes de 470 países adherentes, entre ellos el secretario de la Federación Mexicana de Futbol, Decio de María, acordaron promover la realización de evaluaciones a todos los futbolistas antes de las competencias.

Se considera muerte súbita a la que ocurre dentro de la primera hora del inicio de los síntomas, en un individuo que se supone sano. Se estima que uno o dos entre cada 200 mil deportistas fallecen por año y la incidencia en atletas jóvenes duplica al promedio de la población en general.