AL se urbanizó pero sin los recursos de naciones desarrolladas, dice
Miércoles 18 de noviembre de 2009, p. 22
Santiago, 17 de noviembre. Unos 145 millones de latinoamericanos viven en tugurios, la mayoría de los cuales están localizados en Brasil, Perú, Argentina y México, informó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En estos países residen unos 90 millones de personas en condiciones inhabitables, explicó el investigador Ricardo Jordán, a cargo de un estudio sobre el tema en el organismo de la Organización de Naciones Unidas.
El especialista agregó que, porcentualmente, las situaciones más críticas afectan a Bolivia, Nicaragua y nuevamente a Perú, donde cuatro de cada diez personas viven en tugurios.
A futuro, debido al alza del déficit habitacional y el deterioro de las viviendas sociales, la situación empeorará, sostuvo Jordán.
Por lo menos 163 millones de personas residirán en viviendas de mala calidad en el año 2020, dijo. El mayor incremento en esa cifra ocurrirá en Perú, donde la población en tugurios sumará 25 millones de personas en 2020, un poco menos que la mitad de Brasil.
En comparación, en diez años habrá 807 millones de personas viviendo en tugurios en Asia y 149 millones en África, según indican los estudios de Cepal.
El problema de fondo es que América Latina se urbanizó pero sin contar con los recursos de los países desarrollados
, por lo que no pudo resolver las necesidades de las crecientes ciudades, agregó.
Esta situación explica que aún hoy existan países, donde casi 20 por ciento de la población urbana no tiene acceso al agua potable, como sucede en El Salvador, Perú y Paraguay, según la Cepal.
La situación, que demanda una mayor inversión del Estado en este ámbito, coincide con diversos problemas en lo relativo a la tenencia segura
de la vivienda en América Latina.
Para encarar el problema, la Cepal propone impulsar una agenda urbana basada en cinco ejes: mejorar la calidad habitacional y de construcción de las nuevas viviendas, perfeccionar el acceso al suelo, proveer servicios básicos de infrasestructura, habilitar espacios públicos, y al mismo tiempo generar empleo e ingresos.
Sin embargo, la gran duda es cuánto costará una iniciativa de esta envergadura, admite Jordán.