Washington, 19 de noviembre. Legisladores republicanos y demócratas sostuvieron este jueves un intenso debate sobre el levantamiento de las restricciones de viaje a Cuba, que el gobierno estadunidense ha mantenido por casi 50 años.

En una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes se produjo una de las discusiones más acaloradas de los últimos tiempos sobre las relaciones bilaterales entre Washington y La Habana.

Éste es el único país del mundo donde a nuestra población no se le permite viajar. Bajo cualquier perspectiva, la prohibición simplemente no ha funcionado, señaló el legislador demócrata por California Howard Berman, presidente de dicho comité.

De acuerdo con Berman, el peligro que representaría el hecho de que el gobierno de Raúl Castro reciba divisas por el flujo de turismo es menor que los beneficios que traerían los viajeros estadunidenses como agentes de cambio político en la isla.

La prohibición a los viajes no es una sanción a Cuba, es una sanción a los estadunidenses impuesta por nuestro propio gobierno, afirmó por su parte el demócrata Bill Delahunt, representante por Massachusetts.

Los impulsores del proyecto aseguran tener a su favor a más de 200 legisladores (de un total de 435), tanto demócratas como republicanos, pero la mayoría de la bancada republicana respondió que no permitirá la aprobación de la iniciativa, y dijo que cuenta con el apoyo de 53 demócratas.

Aunque la balanza todavía puede inclinarse hacia cualquiera de los dos lados, se especula que el debate quedará estancado de manera indefinida, luego que la presidenta de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi, afirmó que su partido tiene asuntos más importantes que resolver por el momento, como la creación de empleos y la reforma del sistema de salud.

Entre las opositoras más tenaces de suspender las restricciones a los viajes se encuentra la anticastrista republicana por Florida Ileana Ros-Lehtinen, quien advirtió que no tiene caso recompensar al régimen de Cuba con turismo y dinero, cuando el flujo de millones de visitantes europeos y latinoamericanos no ha producido en todo este tiempo ningún signo de apertura democrática.

Entre aplausos y consignas de uno y otro lado, el demócrata Barry McCaffrey dijo que Cuba no es una amenaza a nuestra seguridad, y levantar el bloqueo serviría a nuestros intereses.

A pesar de que el gobierno de Barack Obama ha levantado algunas restricciones al envío de remesas y a los viajes de cubano-estadunidenses a la isla, el bloqueo económico contra Cuba –impuesto desde 1962 y condenado más de 18 veces por Naciones Unidas– sigue vigente en múltiples aspectos, y sin visos de que sea levantado definitivamente.

El principal tema que sigue preocupando a Washington para una normalización de los vínculos con La Habana es el de los derechos humanos, aseguró por su parte el vocero del Departamento de Estado, Ian Kelly, al comentar el informe de la organización no gubernamental Human Rights Watch, de que bajo el mando de Raúl Castro no ha habido cambios sustanciales en ese sentido.