La Habana, 25 de noviembre. Estados Unidos utiliza la crisis económica para provocar desórdenes sociales y la ingobernabilidad en Cuba, como antesala de un ataque aéreo.

Ésta es, en esencia, la hipótesis principal del ejercicio militar Bastión 2009, que se realizará este fin de semana aquí y será la primera maniobra de su tipo que considere una reacción de fuerza frente al estallido de un conflicto social.

Los ejercicios Bastión son los juegos de guerra de mayor envergadura en Cuba y se han realizado cuatro veces en las últimas tres décadas. El chispazo de la supuesta confrontación siempre había sido, hasta ahora, un ataque directo estadunidense, con un bloqueo militar o un desembarco de tropas.

Esta vez el ensayo comienza desde una situación de tiempo de paz, dijo a la televisión el segundo jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el general de división Leonardo Andollo.

En el escenario se prevé “el aumento de la actividad subversiva del enemigo, encaminada a provocar desorden social e ingobernabilidad, aprovechando para ello la situación que se ha creado (…) como consecuencia de la crisis financiera y económica de carácter mundial (…) los efectos del bloqueo y las serias afectaciones” por el paso de los huracanes de hace un año, señaló el jefe militar.

Andollo no entró en detalles sobre esa parte de la hipótesis, pero las ilustraciones a sus palabras dieron las pistas sobre la situación que está considerando el gobierno. Mientras hablaba el general, la pantalla mostraba fotografías de los estudios de Radio y TV Martí (las emisoras oficiales estadunidenses que transmiten hacia la isla), tumultos callejeros y salida de balseros como en 1994, y autobuses urbanos colapsados o desbordados de pasajeros.

Hace 15 años, cuando la economía cubana caía en picada por el derrumbe de la Unión Soviética, estallaron disturbios en el centro de La Habana y salieron al menos 35 mil balseros hacia Estados Unidos. La situación interna fue sofocada con el despliegue de manifestantes oficialistas y la presencia en el terreno del entonces presidente Fidel Castro, mientras que el éxodo terminó con el primero de dos acuerdos migratorios con Washington.

En el ejercicio de esta semana se vivirá un periodo de crisis de dos días (jueves y viernes), explicó Andollo, al referirse a la hipotética convulsión social. Las fuerzas armadas responderán a las acciones que supuestamente el enemigo realizará como paso previo a la agresión militar en gran escala.

En la situación de disturbios, el Bastión 2009 estudiará la eficiencia de los mandos al impartir órdenes y llevar a la tropa a elevar la disposición combativa.

El Ministerio del Interior (Minint), que es un cuerpo militarizado, además de las misiones generales del ejercicio, revisará la capacidad de reacción de sus jefaturas regionales y de la Seguridad del Estado, fundamentalmente en la ciudad de La Habana y los municipios, informó el viceministro y general de división José Milián.

El funcionario explicó que el Minint también se entrenará en la conducción de planes especiales; reforzará el patrullaje de la Policía Nacional y de otros órganos para garantizar el orden público y proteger los bienes del Estado; endurecerá la vigilancia de las fronteras marítima y aeroportuaria; movilizará población como en el caso de un huracán y lanzará acciones contra los servicios especiales del supuesto atacante y en general contra el delito.

Andollo explicó que una segunda etapa (sábado) será el paso al estado de guerra, bajo la influencia de los golpes aéreos y otras acciones del enemigo. Ahí se supone que el enemigo, ante la imposibilidad de confundir a nuestra población y a la opinión pública mundial, esgrimiendo nuevos pretextos, incrementa su escalada, aumenta sus acciones agresivas, hasta llegar al empleo de su aviación contra nuestro territorio.

El ejercicio estudiará las habilidades que tienen los jefes militares para conducir el salto de la etapa de conmoción social al estado de guerra. Bastión 2009 también se propone desarrollar las habilidades, cohesión de trabajo y preparación sicológica de las tropas en general, para enfrentar las acciones del enemigo en diferentes condiciones, según una lámina que mostró la televisión.

Los ejercicios Bastión empezaron en 1980, cuando Ronald Reagan llegó a la Casa Blanca y los cubanos confirmaron que la URSS no intervendría si Estados Unidos atacaba la isla. Estábamos solos, recordó el presidente Raúl Castro hace un año. A tal extremo que Fidel y yo decidimos mantener el secreto. Las maniobras se repitieron en 1983, 1986 y 2004.