México requiere de un avance mínimo de 5% anual: Ellis Juan
Jueves 26 de noviembre de 2009, p. 5
Programas sociales como Oportunidades no son suficientes para reducir los índices de pobreza si en el país no hay crecimiento económico mínimo de 5 por ciento anual, afirmó el representante del Banco Interamericano de Desarrollo en México, Ellis Juan.
Durante su participación en el foro de discusión sobre el estatus de la pobreza en México, realizado en el primer Encuentro por un México sin Pobreza que organizó la Secretaría de Desarrollo Social, dijo que la política de protección social no puede ser el único factor de combate a la pobreza, por lo cual, para revertir esta situación, el país no puede seguir manteniendo un crecimiento económico de 2 por ciento; éste índice debe incrementarse a un mínimo de 5 por ciento.
Señaló que para reducir la pobreza se deben abordar reformas estructurales más profundas y modernas en política social, que se articulen con las políticas económicas y apunten a disminuir el sector informal del mercado laboral.
Sostuvo que en América Latina la informalidad es cercana a 50 por ciento, y en México casi dos terceras partes están en esta situación, lo cual, a largo plazo, es insostenible.
Susana Sottoli, representante en México del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), manifestó que el desarrollo no se mide sólo por el ingreso de las personas, sino también por la ampliación de oportunidades y capacidades. Es decir, la introducción del concepto desarrollo de capacidades
en el análisis de la pobreza implica introducir nuevas variables, como tener una vida sana o el acceso a la educación, lo cual se complementa con el enfoque de los derechos humanos.
Este nuevo enfoque supera la visión tradicional y asistencial de la política social porque, al incorporar el concepto desarrollo de las capacidades de las personas, se considera a éstas como sujetos activos de su propia vida: sujetos con derecho.
La representante de Unicef señaló que en el análisis de la pobreza no hay que ver a México como un país monolítico en indicadores sociales, ya que las mejoras no se dan igual en estados del norte que del sur, por tanto, hay que diferenciar regiones y grupos sociales específicos.
Indicó que en México, de 1990 a la fecha, el indicador de mortalidad infantil disminuyó casi 50 por ciento; sin embargo, se debe empezar a invertir en la primera infancia (primeros cinco años de vida), porque es un área estratégica de inversión y una ventana de oportunidad para formar capacidades.
Argumentos neurobiológicos, económicos y sociales sostienen la idea del rédito que causa a una sociedad hacer un inversión fuerte y sostenida en la primera infancia, ya que a largo plazo se evitan fenómenos como deserción escolar, marginalidad o violencia.
John Scott, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas, coincidió en que hay que diferenciar entre los estados a la hora de aplicar políticas sociales, ya que en algunos, como Chiapas o Oaxaca, 60 por ciento de los pobladores son pobres, y en entidades del norte menos de 10 por ciento lo son.
Abogó por incorporar programas de transparencia locales y fomentar mecanismos de evaluación que transparenten más el gasto social en estados y municipios.