Las Águilas pagan caro su falta de contundencia en el Azteca
Domingo 29 de noviembre de 2009, p. a39
Cosas del absurdo con el América. Los acusaron de temerosos, de jugar a la defensiva, de sólo preocuparse por el marcador, dejando de lado el espectáculo, pero anoche en el estadio Azteca hicieron todo lo contrario y al final fueron eliminados de la liguilla por Monterrey, el equipo que menos tuvo la pelota, pero que gracias a la ligera ventaja de un gol con la que llegó y de un chispazo calvo llamado Humberto Suazo, consiguieron un resultado tibio de 1-1, que para estas instancias se traduce en global 2-1.
Nadie puede acusar al América de que no lo intentó. No sólo salieron a conseguir el marcador a cualquier precio, sino que además lo hicieron tratando de morder el cuello del rival. No es que hicieran un despilfarro de espectáculo en la cancha, pero al menos mostraron el suficiente amor propio para jugar agresivos, aunque en cada golpe les temblaba la mano.
América buscó e insistió, pero las anotaciones no caían, un poco por falta de precisión de Salvador Cabañas o de Daniel Montenegro, y por las intervenciones del arquero regio Jonathan Orozco.
Montenegro quiso espantarse las moscas que dejaron sus palabras hace unos días, cuando dijo que en el futbol el show está en otra parte, y para que no se le acusara de pragmático, ayer corrió, persiguió e incluso se dio el lujo de hacer jugadas que arrebataron suspiros. Pero nada.
Y como dicen que el que busca encuentra, al menos para consuelo de los esforzados, un error del rayado Felipe Baloy al darle una patada a El Topo Valenzuela se convirtió en el penal que Cabañas cobró y mandó al fondo de la escurridiza meta de Orozco. Con ese gol, América ya estaba en la siguiente fase.
En el segundo tiempo, Monterrey tuvo destellos, pero el balón seguía pegado en los botines de los jugadores azulcremas, que seguían atacando con el mismo tesón con el que las desperdiciaban, como una de Cabañas, en la que lo más difícil era errar, y aún así lo consiguió: la mandó directo a las manos de Orozco. Montenegro, en su papel de jugador que no se limita a los resultados, salió disparado en una jugada por el carril derecho para por fin meter la suya, aunque prefirió compartir la gloria con Cabañas, pero el artillero volvió a fallarla.
El técnico rayado, Víctor Manuel Vucetich, también se curó en salud en la semana y negó que vendría a encerrarse para defender ese gol como si fuera la niña bonita de la casa. No, dijo que cerraría los espacios y esperaría la oportunidad de desdoblarse como, según dijo, hacen los grandes clubes del mundo, y le funcionó, porque en una escapada Baloy se reivindicó y mandó un trazo largo para Aldo de Nigris, quien con la cabeza colocó el balón en el pie derecho de Suazo, el que controló con la derecha y disparó con la zurda.
Con eso se revirtió el relato y Monterrey se metió otra vez en las semifinales. América entonces intentó desesperadamente recuperar lo que ya tenía. Con esa obsesión buscaron anotar como fuera. Cabañas tuvo un remate de palomita desviado e incluso, en un arrebato, mandó el balón a la tribuna.
Sí, América quiso sacudirse de un manotazo las moscas que dejaron las palabras de Montenegro y jugó ofensivo, pero al final los resultados son los que mandan en este deporte, en el que cada vez importa menos el juego bonito. Lo sabe Monterrey, que ya está en semifinales.
Liga de ascenso
En tanto, Veracruz venció 1-0 a Sinaloa, con lo que igualó el marcador global de la serie de cuartos de final (1-1) y avanzó a semifinales de la liga de ascenso por su mejor ubicación en la tabla.
Tiburones se unió al Irapuato, que avanzó de forma directa a la antesala por el título, por concluir en el liderato general, y al Necaxa, que doblegó 2-0 (3-1) a Cruz Azul Hidalgo.