Ofreció un concierto versátil, pleno de emociones, en el Centro Nacional de las Artes
Domingo 29 de noviembre de 2009, p. 9
César Olguín y la Orquesta Mexicana de Tango dieron, el pasado viernes, una muestra de lo que es el tango de siempre, profundo y versátil, en un concierto en que tocaron obras de autores representativos de este género que es tradición y cultura.
El Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes, entre luces y claroscuros, fue un escenario de acústica más que adecuada para escuchar a ocho maestros del arte sonoro con sus instrumentos: bandoneones, violines, piano y contrabajo.
En entrevista, Olguín expresó que la idea era que se escuchara estruendoso, macizo
.
El programa estuvo integrado por un repertorio basado en el nuevo disco del bandoneonista, César Olguín-Orquesta Mexicana de Tango (Ediciones pentagrama), el número 16 del músico. Aún estoy lejos de los que tiene Óscar Chávez
, bromeó, pues el Caifán tiene tantos que es difícil saber la cantidad.
Noche de grandes emociones provocadas por las piezas de autores, como Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese, Julián Plaza, Astor Piazzolla, Rodolfo Mederos… más otras con arreglos “de dos tangos mexicanos, uno de Agustín Lara, Arráncame la vida, y otro de Belisario Jesús de García, Tango negro”.
Lo que hicimos no es nada de lo contemporáneo, de vanguardia. Nos manejamos dentro de la escuela de los autores citados
, precisó Olguín.
Para él, el tango no ha sido ajeno a los mexicanos, de la misma manera que nuestra música nacional no lo ha sido para los rioplatenses.
Negó que todo en el tango sea drama, pues “también tiene su lado simpático. Hay temas muy graciosos, sustentados en la literatura.
“Hay tangos, melódica y armónicamente, tontos y alegres; particularmente, en el ritmo de milonga, que es muy vivo picaresco, y en el cual abundaron muchas letras de corte gracioso; a veces es una falsa creencia creer eso de la tristeza del tango… a lo mejor lo sea cuantitativamente. Más que triste es nostálgico.”
Ha trabajado y difundido la música de Piazzolla, pero también de la vieja guardia.
Como dato biográfico, Olguín contó que la primera canción que él aprendió en el bandoneón fue Ella, de José Alfredo Jiménez. En tanto que, el primer tango, fue El Garrón. Con Enzo Peiret ha hecho arreglos de temas rancheros, como De qué manera te olvido, de Federico Méndez. Esto, arreglar rancheras al tono de tango, ya antes lo había hecho Hugo Jordán
, señaló.