El próximo martes el Senado elegirá a los dos nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en un proceso cuestionado por perredistas y petistas, quienes consideran que el formato es inadecuado y que podría haber arreglos previos entre las principales fuerzas políticas.

El senador perredista Pablo Gómez consideró que el formato de las comparecencias es inapropiado, ya que no permitió examinar realmente a los aspirantes a ocupar las plazas que dejarán vacantes los ministros Genaro Góngora Pimentel y Mariano Azuela.

A su vez, el coordinador del Partido del Trabajo en el Senado, Ricardo Monreal, afirmó que tiene temor de que nuevamente un proceso tan relevante se defina mediante cuotas partidistas y antes de que se vote estén ya palomeados los nombres de quienes serán elegidos en la sesión del martes.

–Se habla de que los nuevos ministros serán el que ocupa el número uno en la primera terna y el tercero de la segunda.

–Sí, he escuchado y leído esas versiones, y ojalá no se llegue a esa consumación de acuerdos prefigurados, porque será en detrimento de la justicia. No se elegirá a los mejores, sino a los incondicionales, que ya en el puesto obedecen sólo a quienes los pusieron.

Monreal recalcó que no es un caso menor, sino de la elección de dos ministros de la Corte, de integrantes del más alto tribunal del país, y si el perfil de ellos no es el más adecuado, vamos a lesionar a la sociedad.

Anunció que si se imponen las cuotas entre PRI y PAN, para un reparto inmoral de posiciones, no se va a cansar de denunciarlo, aunque se enojen los legisladores. De hecho, en la sesión del jueves pasado, donde se acordó el formato para las comparecencias, desde el pleno hizo la misma advertencia.

Hubo problemas para concretar ese formato, que debió votarse el jueves y ese mismo día se iniciaron las comparecencias de los seis candidatos, porque los partidos no se ponían de acuerdo.

El PRI exigía que los aspirantes fueran al pleno, a lo cual se oponía el PAN, por lo que se llegó a una decisión intermedia.

Luis María Aguilar Morales, María Luis Martínez Delgadillo y Jorge Mario Rebolledo, de la primera terna, y Jorge Carlos Adame Goddard, Eduardo Ferrer MacGregor y Arturo Fernando Zaldívar Lelo de Larrea, de la segunda, comparecieron ante las comisiones de Justicia y Estudios Legislativos, primera y segunda.

En la sesión del martes cada uno de los seis aspirantes intervendrá 15 minutos ante el pleno, sin que los legisladores los cuestionen. Ese mismo día, los senadores votarán por medio de cédulas y elegirán a los dos ministros.

Pablo Gómez se manifestó en contra de ese procedimiento. Aseveró que era propio de la época del presidencialismo autoritario, cuando había un partido que dictaba hasta la manera de caminar de los legisladores.

Criticó que en comisiones cada bancada sólo pueda formular una pregunta, lo que no permite realmente examinar a los candidatos.

Recordó que recientemente en el Senado de Estados Unidos se examinó durante cuatro días –de lo que hubo notas diarias en la prensa– a una persona nombrada por el presidente Barack Obama para ocupar un cargo en la Corte.

Aquí no. Aquí todo se hace superficial, rápido, sin ninguna trascendencia, y no da lugar a los verdaderos exámenes a que deben sujetarse las personas que aspiran a tan alta responsabilidad del Estado mexicano.

No es responsabilidad de los candidatos, recalcó, sino de los senadores y senadoras que viven en el pasado.