Mil 430 millones de pesos y 338 contratos para una sola empresa, parte de la telaraña que envuelve a la CFE
n la Comisión Federal de Electricidad viven plácidamente porque, de acuerdo con la versión oficial, nadie sabe, nadie supo de probables actos de corrupción en la empresa pública, y mucho menos de contratos firmados en años lejanos
por funcionarios distintos a los actuales, uno de ellos hoy miembro del consejo de administración de Petróleos Mexicanos. Aun así, la paraestatal informó que ya hizo la petición a la Procuraduría General de la República para que investigue lo relativo a presuntos sobornos para la adjudicación de jugosos contratos con la autodenominada empresa de clase mundial
.
Menos plácido y, por lo visto, más activo, resultó el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que destapó una conspiración de sobornos y corrupción con funcionarios de México en torno a contratos multimillonarios de la Comisión Federal de Electricidad
, y de entrada arrestó a dos empresarios (uno mexicano, otro estadunidense) relacionados con esta lucrativa acción, que podría involucrar algo así como 3 mil millones de dólares, de acuerdo con las estimaciones de los fiscales que promueven el caso en los tribunales del vecino del norte.
David Brooks, corresponsal de La Jornada en Estados Unidos, documentó (24 de noviembre) que “la acusación alega que una empresa en Texas administrada por (el empresario estadunidense) John Joseph O’Shea –subsidiaria de una compañía suiza– primero contrató a una firma mexicana para funcionar como su representante de ventas en su trato con la CFE. La empresa en Texas –dedicada a otorgar servicios y productos para administración de redes en la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica– recibió múltiples contratos de la Comisión Federal de Electricidad para ‘bienes y servicios’ relacionados con la red eléctrica… (el empresario mexicano) Fernando Maya Basurto se declaró culpable la semana pasada ante un tribunal federal en Houston, reconociendo su papel en la conspiración para sobornar a funcionarios de la paraestatal mexicana, consistente en manejar, lavar y trasladar los fondos ilícitos, y ahora coopera con el Departamento de Justicia en la investigación… Los pagos a los funcionarios mexicanos tuvieron diversos nombres, entre ellos ‘pagos a los buenos tipos’ (good guys) o ‘impuestos de tercer mundo’, detalla la acusación formal. En algunos casos, los pagos se depositaban en cuentas de familiares de los funcionarios de la CFE”.
En la parte medular de su información, Brooks subraya que “aunque la acusación formal, copia de la cual fue revisada por La Jornada, no identifica por nombre a las empresas privadas involucradas, la compañía matriz en Suiza ha sido identificada como ABB, dedicada a la ingeniería eléctrica en varias partes del mundo, según el Houston Chronicle”. En efecto, ABB Group es una trasnacional suiza, con sede en Zurich, y presencia activa en más de 100 países de los cinco continentes, entre ellos México, obviamente, con oficinas en cuando menos Ciudad del Carmen, Campeche; Coatzacoalcos y el puerto jarocho, Veracruz; Monterrey, Nuevo León; Naucalpan, su cuartel central, estado de México; San Luis Potosí, SLP; Tampico, Tamaulipas; Torreón, Coahuila; Villahermosa, Tabasco, y Zapopan, Jalisco, y opera en el país desde 1928, de acuerdo con su propia información.
David Brooks apunta que “ABB, la empresa matriz suiza, informó en un comunicado que O’Shea fue cesado en 2004. Los fiscales afirman que después de eso trabajó con funcionarios de la CFE en un intento por encubrir todo el negocio ilícito, reportó Forbes.com. La CFE ha sido un ‘cliente lucrativo’ para ABB, informó Forbes, indicando que el caso podría provocar problemas para la casa bursátil Merril Lynch, ahora parte del Bank of America, ya que, según los fiscales, O’Shea y otros trasladaron los fondos ilícitos a través de una cuenta en esa firma. La acusación formal hace referencia a cuatro ‘funcionarios’ de la CFE a quienes sólo se menciona con letras (N, J, C y G) como parte de la conspiración. Además incluye a cinco individuos y empresas en México que tampoco son identificados más allá de una letra, los cuales también son participantes en la conspiración… ABB, la empresa matriz suiza, informó en un comunicado que O’Shea fue cesado en 2004. Los fiscales afirman que después de eso trabajó con funcionarios de la CFE en un intento por encubrir todo el negocio ilícito, reportó Forbes.com”.
Ése es el relato documentado y la enorme telaraña (negocios, casas bursátiles, bancos, empresas fantasma, empresarios, funcionarios, paraestatal, corrupción y, obvio es, recursos de la nación) que hasta el momento han puesto al descubierto las investigaciones del Departamento de Justicia de Estados Unidos, mientras en la CFE sus funcionarios aseguran que nadie sabe, nadie supo –por mucho que estén están obligados a ello–, toda vez que los contratos se firmaron en 1997, dos años antes
de la llegada del nuevo director, Alfredo Elías Ayub, quien acumula una década en el puesto, aunque posteriormente se conoció que dichos contratos no sólo se ratificaron, sino que adquirieron carácter de multianuales a partir de 2003.
Pues bien, puede ser casualidad, aunque demasiada para ser coincidencia, pero de acuerdo con información de la propia Comisión Federal de Electricidad (divulgada no por su gracia y espíritu de transparencia, sino por medio del IFAI), sólo del 28 de diciembre de 2005 al 29 de octubre de 2009 la trasnacional ABB (la citada por Forbes y el Houston Chronicle, aquí llamada de México
) obtuvo 338 contratos de la paraestatal a cargo de Elías Ayub, de los que 189 (56 por ciento del total) han sido producto de adjudicación directa, es decir, sin mayor estorbo y por decisión unilateral de la directiva de la CFE. Por invitación a tres personas
dicha trasnacional se adjudicó 16 más; por licitación (nacional y extranjera) 59, y por la figura de otros
, 74 adicionales.
Trescientos treinta y ocho contratos, por un monto global superior a mil 430 millones de pesos, son demasiados, y mucho el dinero implicado, como para decir que nadie sabe, nadie supo, porque en la Comisión Federal de Electricidad tendrían que recordarlo sólo por el trabajo de oficina y las firmas que implican; esos 338 contratos en casi cuatro años arrojan un promedio de uno cada 4.3 días, y si ese ritmo no provoca la memoria en la paraestatal, entonces qué.
Mil 430 millones de pesos y 338 contratos para una sola empresa, ABB, son los que se han documentado, y pueden ser un buen inicio para reactivar la memoria en la CFE.
Las rebanadas del pastel
Un apretado abrazo, con su respectiva felicitación, a todo el equipo de La Jornada Aguascalientes, con Jorge Alvarez Máynez a la cabeza, por su primer aniversario. ¡Salud!