Sin temor a la magnitud de las tempestades, el gobierno ha tomado las medidas necesarias para superar las adversidades en todos los frentes, afirmó el presidente Felipe Calderón

Recordó que hace años, ante una crisis de proporciones menores a la actual, “algún predecesor mío acuñó una frase, ciertamente, impactante: ‘soy responsable del timón, pero no de la tormenta’, dijo”.

Se refería a José López Portillo, quien en su último informe de gobierno ante el Congreso justificó de esta manera la crisis económica que vivía el país en 1982. Ayer, Calderón señaló que quizá es aquí donde más sentido tenga este tipo de metáforas. Sin embargo –precisó–, ante una crisis mucho mayor, que no fue generada en el ámbito interno, como aquella, sino en el plano internacional, les puedo decir que por lealtad a México, hemos sido responsables del timón, con tormenta o sin ella, porque esa es la tarea de quien tiene el mando, afirmó.

Durante el desayuno de fin de año con personal de la Secretaría de Marina, enfatizó que ni hemos claudicado ante la adversidad ni hemos renunciado a nuestro destino.

Más tarde, en el municipio de Ayala, en Morelos, consideró increíble que la ciudad de México trate menos de 10 por ciento del agua que usa. Por eso dijo que su gobierno construirá una planta de tratamiento en Atotonilco, Hidalgo, la cual limpiará más de 70 por ciento del líquido que se utiliza en la capital del país. Sin mencionar al Gobierno del Distrito Federal, encabezado por el perredista Marcelo Ebrard, explicó que la Federación invertirá 9 mil millones de pesos en la infraestructura que resolverá dicho problema en la capital del país.

Antes de poner en marcha la presa El Gigante, en Ayala, señaló que la nueva planta de tratamiento también surtirá de agua para riego a más de ocho mil hectáreas del Valle del Mezquital, en Hidalgo, y se sumará a las 175 plantas construidas en tres años de gobierno, 40 rehabilitadas y 37 que fueron ampliadas en todo el país.

En cuanto a la situación actual del país, frente a los elementos de la Armada el Ejecutivo resaltó que en 2009 México ha enfrentado desafíos inéditos: la crisis económica, la más severa que tenga registrada la economía mundial en décadas, o la peor que hayamos visto quienes estamos aquí presentes; la epidemia de la influenza A/H1N1; la sequía, causada en parte por el cambio climático, y la caída de la producción petrolera.

También mencionó la exacerbación –producto del debilitamiento de las estructuras criminales– de la lucha entre los grupos de la delincuencia organizada en el país, que se disputan de manera irracional y violenta plazas y rutas, en un esfuerzo desesperado por mantener sus márgenes de rentabilidad.

Entonces aludió –sin mencionarlo directamente– al ex presidente López Portillo por la frase: soy responsable del timón, pero no de la tormenta. Agregó que a pesar de la gravedad de la tormenta y de los factores mencionados, México está saliendo adelante.

Siguió con metáforas para reiterar que los mexicanos hemos sabido surcar estos mares procelosos y resistir las tormentas para navegar en una ruta correcta que llevará a la patria a puerto seguro.

Antes, el secretario de Marina, Mariano Francisco Saynez Mendoza, dijo que después de tres años de gobierno, estamos a mitad de la singladura. La tormenta está pasando y aún existe resaca con oleaje y viento adverso, pero la mar es así, aclaró, y envió un mensaje a los derrotistas: no es tiempo de lamentos, sino de mucho trabajo y unidad.

De igual forma, Calderón convocó a que en 2010 demostremos que somos más, millones y millones (...) quienes tenemos la convicción y la valentía de guiar el destino de la nación por una senda limpia (...), que somos muchos más los que queremos defender nuestras leyes, libertades e instituciones que quienes atentan contra ellas.

A los elementos de la Armada les reconoció su participación en el combate al crimen organizado, que con el resto de las fuerzas federales –dijo– evitó que la delincuencia erosionara la vida institucional del país.

En Morelos, el Presidente también se refirió al tema. Aseguró que empieza a declinar el número de casos de secuestros registrados por las autoridades federales, estatales y municipales, así como por las áreas de inteligencia, sin importar si los plagios son denunciados o no.

Durante su gira relámpago por esa entidad, compartió una primicia que le dio el gobernador panista Marco Adame: en la mañana fue detenida una peligrosa banda de secuestradores denominada Los Albañiles y rescatada con vida una de sus víctimas.

Sin dar cifras, aseguró que el número de bandas de secuestradores atrapadas en el último año no tiene precedente en la historia, y celebró que ahora comiencen a funcionar precisamente los equipos antisecuestros integrados como parte del Acuerdo por la Seguridad.

Aunque antes matizó su visión optimista, al señalar que los gobiernos aún tienen mucho qué hacer en relación con los plagios.

Siete meses después de que comenzó la Operación Limpieza en Morelos, con la detención de autoridades judiciales, Calderón elogió a Adame, su correligionario, porque en el tema de la seguridad trabaja con la Federación de manera coordinada y muy eficaz.

En el municipio visitado, donde nació el Plan de Ayala, afirmó a los campesinos que con la nueva presa podrán vivir mejor y así cumplir el ideal de Emiliano Zapata de que la justicia y la tierra son para quien la trabaja.