Domingo 6 de diciembre de 2009, p. 27
Luego de 12 años de ser el partido en el poder en la capital del país, desde que Cuauhtémoc Cárdenas asumió la primera jefatura de Gobierno del Distrito Federal, el PRD capitalino enfrenta una nueva recomposición de sus corrientes internas y se mantiene a la expectativa de la estructura territorial en la que habrá que trabajar a partir de los resultados del congreso nacional que se realiza en Morelos, consideran analistas.
En los números, de aquella victoria de Cárdenas con 47 por ciento de la votación en 1997, con Armando Quintero al frente del partido, llegó este año a su más baja captación de preferencias: 25.66 por ciento; siete relevos en su presidencia: Carlos Ímaz (1999-2002), Víctor Hugo Círigo (2002-2003), Agustín Guerrero (2003-2005), Martí Batres (2005-2006), Ricardo Ruiz (2006-2008), Alejandra Barrales (2008-2009) y Manuel Oropeza desde septiembre pasado, en tanto que su padrón creció de 146 mil 500 militantes en 1996 a 1 millón 400 mil.
Lo que Martí Batres refiere como un movimiento espontáneo
de fuerzas populares, nacionalistas y de izquierda que se unificaron en torno a la figura de Cárdenas en 1988, es hoy un partido organizado que no deja de crecer, pero observa entre sus retos evitar que se burocratice y se vuelva clase política. Mantenerse al lado de la gente, dice, es la clave y advierte que correrse al centro le haría perder apoyo.
Para Manuel Oropeza, la fortaleza del partido está en la política social del GDF al distinguirlo de la oferta de PRI y PAN, para los que un programa social es un apoyo a los más pobres, mientras que en el gobierno perredista trasciende a leyes universales.