Culpan a la rama iraquí de Al Qaeda de los ataques en la capital de la nación invadida
Las detonaciones, cerca de una mezquita, un mercado, un ministerio, una escuela y un tribunal
Los enemigos del país y del pueblo quieren sembrar el caos, dice el primer ministro Nuri Maliki
Miércoles 9 de diciembre de 2009, p. 30
Bagdad, 8 de diciembre. Coches bomba mataron al menos a 127 personas en Bagdad este martes, en una serie de ataques que dejaron las calles de la ciudad repletas de los restos de automóviles quemados y cadáveres calcinados.
Las cinco bombas, incluyendo tres que fueron detonadas por atacantes suicidas, estallaron en sucesión a lo largo de la capital iraquí en el curso de una hora de la mañana en las cercanías de una mezquita, un mercado, un ministerio, una escuela de enseñanza superior y una corte. Al menos 448 personas resultaron heridas.
El ataque coordinado probablemente sea obra de Al Qaeda en Irak, que ha adoptado la táctica de lanzar devastadores ataques cada seis semanas, aproximadamente, con la clara intención de incrementar su impacto político y sicológico. Uno de los objetivos es desacreditar la afirmación del gobierno iraquí de que la situación de seguridad ha mejorado en los últimos dos años.
Unas 155 personas murieron como resultado del último gran ataque con bomba del 25 de octubre y más de 122 corrieron la misma suerte en agosto. Los ministerios iraquíes del Exterior, de Justicia y de Comercio han sido objeto de ataques.
El sonido de gritos y sirenas de policía siguieron a la detonación de cada bomba, al igual que aceitosas nubes de humo negro se elevaban sobre la capital, provenientes de los vehículos quemados.
Entre los edificios afectados por las explosiones estaba la sede del banco Rafidain, que aloja al Ministerio de Finanzas, cuyo edificio resultó dañado en el bombazo de agosto último.
Aunque el gobierno como sus críticos han afirmado que las fuerzas de seguridad están infiltradas, los ataques suicidas con bomba son muy difíciles de prevenir e incluso las tropas estadunidenses no eran capaces de impedir muchos más atentados cuando controlaban Bagdad. Una de las bombas de hoy venía en una ambulancia y varios jueces murieron cuando el atacante suicida condujo su vehículo dentro del complejo que aloja a una corte, a un lado de un zoológico al oeste de Bagdad.
Las calles del centro capitalino tienden a estar repletas de peatones y vehículos, por lo que el número de civiles muertos siempre es muy elevado. Los ministerios y dependencias gubernamentales invariablemente tienen enormes filas de gente vulnerable que espera para hacer trámites y solicitar distintos permisos.
Los ataques demuestran que Al Qaeda, si bien no es la fuerza que era, aún tiene la capacidad de reunir sus recursos y coordinar espectaculares ataques como el de este martes. Pero Al Qaeda depende de la comunidad sunita que fue duramente derrotada por la más numerosa comunidad chiíta en la guerra civil sectaria que se vivió entre 2006 y 2007; no es probable que los sunitas quieran combatir otra guerra.
Los ataques ocurren justo cuando se anunció la fecha para las elecciones, el 6 de marzo. El anuncio se había pospuesto por objeciones sunitas y kurdas sobre la forma como se han manejado las encuestas de intención de voto. En todo caso, el resultado más probable de las elecciones será la relección de la coalición chiíta-kurda que ha dominado la política iraquí desde el derrocamiento del presidente Saddam Hussein.
Es improbable que los bombazos de Al Qaeda cambien el curso de la campaña electoral, si bien el primer ministro Nuri Maliki será criticado de no ser capaz de mejorar la seguridad, por más que diga que éste es uno de sus logros.
En un comunicado leído hoy, Maliki afirmó: El momento que se eligió para cometer estos cobardes atentados, justo después de que el Parlamento salvó el último obstáculo que quedaba para llamar a elecciones, confirma que los enemigos de Irak y su pueblo quieren sembrar el caos en el país
.
No hay razón para que las elecciones resulten afectadas por estos ataques, aunque se pueden interpretar como un indicio de que los sunitas árabes de Irak no permitirán que se les deje al margen y responderán violentamente a cualquier intento de hacerlo.
Desde 2003, que empezó la invasión a Irak, hasta 2007 los sunitas combatieron la ocupación estadunidense, pero luego se aliaron a Washington, cuando sintieron la intensa presión de las milicias y escuadrones de la muerte chiítas.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca