Los líderes sindicales del sector textil Fermín Lara, de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, y Miguel Ángel Tapia, de la Confederación de Trabajadores de México, aceptaron y firmaron una modificación radical al contrato ley de dicha industria que significa la renuncia a los derechos laborales para los futuros empleados del ramo.

En una nueva fórmula para acabar con las prestaciones y derechos que otorgan dichos contratos, ahora se están alcanzando acuerdos entre algunos líderes sindicales y cámaras o representaciones empresariales para determinar que los futuros trabajadores ya no tendrán las mismas prestaciones.

Ello significa la defunción anticipada de los contratos ley y que en adelante éstos se conviertan en megaconvenios de protección patronal, denunció el Frente Auténtico del Trabajo (FAT).

Esa renuncia a los derechos laborales inclusive ya se publicó en el Diario Oficial de la Federación, por lo cual es un hecho consumado que los nuevos empleados sólo contarán con salario y prestaciones que marca la ley, haciendo a un lado las conquistas obtenidas por el gremio durante décadas, planteó la organización.

Según la organización, la eliminación de prestaciones significa un atraco a lo ganado en los contratos ley durante décadas. Las siguientes generaciones quedarán fuera de los beneficios laborales alcanzados, lo cual quiere decir la extinción de los mismos.

El FAT hizo ver que el pasado 4 de diciembre los líderes mencionados renunciaron, en nombre de la coalición, a los mismos derechos en el ramo listones, elásticos, encajes y cintas, dejando prácticamente sólo la posibilidad de negociar el porcentaje del salario mínimo para quienes se contraten en el futuro y quitándoles cláusulas que amparan tabuladores, prestaciones y condiciones de trabajo.

Esto es una traición y burla. No se ha visto en ningún país, durante toda la restructuración económica y productiva, una negociación de esas características, en la que se vendan los derechos obtenidos durante años de luchas, llegando a la extinción a esos contratos, aseveró el FAT, y pregunta: ¿Qué fue lo que hizo aceptar la renuncia a los derechos de los trabajadores?

Para la organización, los dos contratos modificados perjudican a miles de trabajadores, quienes en el futuro no tendrán qué negociar.