Jilotepec, Méx., 11 de marzo. El gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, aceptó someterse a la prueba del polígrafo para demostrar que ha hablado con la verdad sobre el acuerdo antialiancista firmado entre las dirigencias nacionales de PRI y PAN.

Manifestó su rechazo a debatir con César Nava Vázquez, presidente del PAN, porque es un ejercicio innecesario que, en caso de realizarse, generaría mayor encono y enfrentamiento.

El mandatario lamentó el circo en que devino la sesión plenaria de la Cámara de Diputados el miércoles y censuró que se recurra a la calumnia y la difamación para descalificar al adversario; esto, en referencia a las imputaciones que hizo en su contra la legisladora panista María Elena Pérez de Tejada, quien lo acusó de la muerte de su esposa, Mónica Pretelini.

Durante la entrega de apoyos a productores de este municipio, Peña Nieto insistió en que debe superarse ese conflicto para atender asuntos que realmente importan a los mexicanos.

Tras concluir el acto, indicó que ir a un debate, como al que retó Nava, sería completamente innecesario, sin sentido y sin propósito, más cuando se corre el riesgo de generar escenarios tan lamentables como los ocurridos ayer en la sesión de San Lázaro.

Aseveró que la insistencia del PAN en continuar con la discusión forma parte de un pataleo y de su pretensión de sacar beneficio político a costa de lo que sea. El acuerdo es muy claro y no existe otro compromiso que lo que el documento señala, agregó.

El gobernador mexiquense llamó a deponer intereses individuales para poder superar este episodio, que más que polémico ha dejado algunas aristas muy vergonzosas.

Al preguntarle si estaría dispuesto a someterse al detector de mentiras, respondió: Su servidor está dispuesto a someterse a cualquier prueba y a cualquier cosa que se quiera en ese tema. Aunque su servidor no firmó el documento, por supuesto que en representación del gobierno hubo alguien que atestiguó la firma del acuerdo que no tenía otro propósito que contribuir a la gobernabilidad.