Ante empresarios, los coordinadores de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) en el Senado se confrontaron por el tema de las alianzas electorales.

El panista Gustavo Madero defendió la determinación del blanquiazul de contender en coalición con los perredistas por la gubernatura de Oaxaca y otras entidades: No es un matrimonio, argumentó. Pero en igual tono coloquial, el priísta Manlio Fabio Beltrones le respondió: tampoco se podría decir que es una acostadita juntos, sin compromiso.

El coordinador de los senadores del PRD, Carlos Navarrete, sostuvo que las cuestionadas alianzas no son una cuestión estratégica ni de principios, sino un asunto de utilidad práctica, tema a tema y estado a estado; no es un asunto de carácter nacional.

Pide la IP reformas benéficas

Los coordinadores de las tres principales fuerzas políticas en Xicoténcatl participaron ayer en la 94 asamblea de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, realizada en el Centro Banamex. Fueron invitados a hablar sobre la reforma política que se dictamina en el Congreso.

Los legisladores detallaron el contenido y los avances de esa reforma que, según expuso Beltrones, pretende un presidente fuerte para que ejecute y trabaje en beneficio del país, así como un Congreso fuerte, que tenga un mecanismo de control para evitar sus excesos.

Las exposiciones de los tres coordinadores se desarrollaron sin alteración alguna hasta que Félix Maldonado, empresario de Oaxaca, preguntó a Madero y Navarrete: así como sus partidos se pusieron de acuerdo para hacer alianzas con la finalidad de llegar al poder, ¿por qué no se ponen de acuerdo para concertar las reformas que verdaderamente beneficien a este país?

Navarrete cuestionó que las críticas sean sólo para su partido, y no se condenen las alianzas del tricolor con el Partido Verde.

Resaltó que en 2006 estábamos confrontadísimos, pero durante los últimos tres años el PRI le facilitó al gobierno y al PAN la mayoría legislativa; se lo facilitó con responsabilidad porque pensaba que era necesario, porque nosotros estábamos en la loma tirando piedras, en la oposición frontal.

Sin embargo, a partir de 2009 el PRI gira y la realidad cambió, y ahora éste puede pasar a ser una oposición no constructiva.

En su turno, el senador Madero respondió que las alianzas no son matrimonios, y aseguró que el PAN ha coincidido históricamente con la izquierda en reformas democráticas. Aseguró que la alianza del PAN y el PRD se acordó en estados donde no ha habido alternancia en 80 años, por lo que de eso se trata, de permitir a esa población tener competencia real electoral y políticamente hablando, como en Oaxaca.

Beltrones esperó su turno con el fin de revirarle al panista, aunque aclaró que pese a que no se lo preguntaron a él, intervenía para hechos.

Escucho la parte coloquial de que las alianzas no son un matrimonio, pero tampoco podríamos decir que es una acostadita juntos sin compromisos. Debe de haber un compromiso, dijo sonriente, y su comentario hizo estallar las risas de los empresarios, mientras Madero esbozó una ligera sonrisa y Navarrete apretó las mandíbulas.

Las alianzas son parte consustancial de la vida democrática de un país, pero siempre nos debemos preguntar para qué sirven, añadió el priísta.

Navarrete pidió derecho de réplica para sostener que las alianzas son un movimiento táctico, no asunto estratégico ni de principios. Es, insistió, un asunto de utilidad práctica, tema a tema y estado a estado; no es un asunto de carácter nacional.

El perredista pidió congruencia a Beltrones para no hacerle segunda a nuestros compañeros de San Lázaro.

Pidió mantenerse en términos políticos y de respeto mutuos, porque si no, vamos a dar la segunda parte de lo que acaba de suceder en la Cámara de Diputados.

Hasta antes de la pregunta incómoda sobre las alianzas electorales PRD-PAN, los senadores marcaron distancia de sus compañeros de San Lázaro, lamentaron su confrontación de esta semana e incluso presumieron que en Xicoténcatl prevalece la cordialidad y el respeto entre coordinadores parlamentarios y bancadas.