La cuarta economía del bloque tiene una tasa de desempleo de 20% y déficit abultado
Difieren expertos sobre la posibilidad de que la insolvencia de Atenas contagie a ese país
Domingo 14 de marzo de 2010, p. 23
Bruselas, 13 de marzo. Si la deuda de Grecia está dando dolores de cabeza a la Unión Europea (UE), son menores en comparación con los que tendría si un país miembro más grande, como España, cayera en un problema similar.
España tiene una tasa de desempleo de casi 20 por ciento, déficit abultado, un sector privado altamente endeudado y débiles perspectivas de crecimiento, lo que podría hacer que su deuda sea objetivo de los especuladores si los problemas de Atenas demuestran ser contagiosos para el resto de la eurozona.
Un incumplimiento de deuda griego incrementaría la presión sobre el euro, pero el daño sería limitado puesto que Atenas constituye menos de 3 por ciento del producto interno bruto (PIB) de los 16 países con moneda única.
En cambio, una crisis de deuda en España sería mucho más difícil de gestionar por parte de la UE porque su economía es la cuarta mayor de la eurozona y representa cerca de 12 por ciento del PIB de toda la unión monetaria.
Grecia es un pequeño país y al fin y al cabo sus problemas se pueden resolver
, dijo Cinzia Alcidi, del Centro para el Estudio de Política Europea en Bruselas. El gran dolor de cabeza sería si la crisis se extendiera de Grecia a Portugal porque el siguiente probablemente sería España. Ese sería un problema mucho mayor para lo zona euro en su conjunto y sería muy difícil de resolver
, sostuvo.
Los estados de la Unión Europea no se han comprometido a concretar un rescate para Grecia pero, con países como España en mente, están discutiendo crear un fondo monetario europeo para ofrecer ayuda en futuras crisis.
Sin embargo, incluso un fondo podría tener problemas para lidiar con el caso español. Si hablas sobre España, el dinero que se necesita sería mucho más que en el caso de Grecia y es muy difícil ver cómo podrían recaudar una suma de dinero tan enorme
, dijo Zsolt Darvas, del centro de análisis Bruegel.
¿Podría la UE lidiar con una crisis en esa nación?
Las autoridades del bloque han expresado repetidamente su confianza, en público y privado, sobre que España puede capear el temporal, igual que han dicho que Grecia puede salir sin el apoyo financiero de la UE.
Consideran que la gestión española de la economía es más fiable y conservadora que la de Grecia, que ha sido despilfarradora y proporcionó estadísticas económicas falsas.
Pero la preocupación por un contagio desde Grecia ha llevado a la UE a buscar modos en que los países de la eurozona se puedan ayudar entre sí, sin tener problemas para pagar los intereses de su deuda.
Bajo las normas del grupo, ni la Unión ni ningún país individual puede asumir la deuda de otros países.
Ya no se trata de Grecia. Se trata de crear una nueva institución
, dijo un diplomático.
Otro señaló: La eurozona puede lidiar con un impago de deuda de Grecia, o incluso de Irlanda, pero no España. Se tiene que hacer algo
.
Responsables europeos dicen que España no debería estar en el mismo barco que Grecia porque Madrid no afronta una crisis inminente, pero quieren estar preparados en caso de que suceda lo peor.
Burbuja inmobiliaria
Los problemas españoles están causados principalmente por el estallido de la burbuja inmobiliaria, que afectó gravemente al sector de la construcción, sobre el que la economía dependía de manera desproporcionada, lo que dejó a muchos particulares y compañías con grandes deudas.
El sector de la construcción se desbocó en parte por un boom del crédito, causado, dicen los economistas, porque los tipos de interés estaban demasiado bajos para España, ya que el Banco Central Europeo miró sobre todo a la situación en Alemania y Francia, las economías más grandes.
El crédito barato también alimentó una inflación sistemáticamente mayor que la media de la eurozona, lo que minó la competitividad de la mayoría de las compañías españolas.
Gran parte depende de la capacidad o la voluntad del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a la hora de aplicar medidas de austeridad y llevar a cabo reformar que alimenten el crecimiento, impulsen la productividad en el mercado laboral y reduzcan los costos de las empresas.
Tengo confianza en la gestión fiscal de España
, dijo Hans Martens, consejero delegado del Centro de Política Europea, rechazando cualquier sugerencia de que España sea la próxima Grecia.
La relación de la deuda respecto del PIB está aún por debajo del límite de 60 por ciento y es mucho menor que el de Grecia, y se prevé que tenga pocos problemas, o ninguno, a corto plazo para pagar los intereses de su deuda.
Pero el déficit presupuestario se elevó a 11.4 por ciento del PIB el año pasado y los economistas se preguntan si Madrid puede acercarse a su previsión de 1.5 por ciento de crecimiento entre 2010 y 2013.
España tiene que evitar convertirse en una segunda Grecia. Los políticos en España tienen que comprender que necesitan adoptar medidas
, dijo Darvas. Deben adaptarse a las nuevas circunstancias
, afirmó.