Ciudad Juárez representa la llaga de México, pues la violencia que se presenta en esa urbe ya se extendió a todo el país, aseguraron especialistas universitarios.

Durante el seminario Pensar Ciudad Juárez, organizado por el Instituto Mora, Alfredo Limas, académico de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), aseguró que esa metrópoli enfrenta una catástrofe política, en la que hay todos los síntomas efectivos del Estado fallido.

Indicó que existe un estado de excepción en territorio juarense, en el que ninguna instancia de la República (poderes Ejecutivo, Legislativo o Judicial) puede detener la escalada de violencia.

Resulta un peligro que Felipe Calderón haya planteado que Ciudad Juárez es México, abundó, porque, entre otras cosas, lo representaría la militarización efectiva del país.

Expuso que la violencia política no se inició en 2008, con la llegada del Ejército a esa ciudad, pues desde hace 20 años los feminicidios en la región representan todas las condiciones de ese tipo de agresiones, ya que las autoridades no han podido frenar esos actos criminales.

Resaltó que a tres meses de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que encontró al Estado mexicano responsable de violar las garantías básicas en el caso Campo algodonero, referente a los feminicidios en Ciudad Juárez, “el gobierno –que está obligado a cumplir el fallo– no tiene ningún plan para cumplir la resolución”.

Héctor Padilla, de la UACJ, aseveró que más allá de resolverse las ejecuciones en aquella urbe fronteriza, el gobierno federal ha criminalizado a las víctimas. “Si matan a alguien argumentan que ‘se lo buscó’. Además, la criminalización y violencia social ha alcanzado a quienes son críticos de la estrategia (de militarización). Si alguien cuestiona esa ofensiva dicen que le hace el juego al crimen organizado.”

Enfatizó que la propuesta federal de reconstruir esa ciudad –luego de que 16 jóvenes que se encontraban en una fiesta fueron ultimados por un comando– se basa en la permanencia del Ejército en la región. Imponen una guerra que no sabemos si es real, pero que no fue decidida por los mexicanos; al menos los juarenses no fuimos consultados.

Víctor Orozco, integrante de la Comisión de Derechos Humanos de Chihuahua, aseveró que la situación de violencia no se reduce a dicha urbe, sino que se presenta en todo el país.

Destacó que no es de 2008 (cuando se iniciaron los operativos militares) a la fecha cuando Ciudad Juárez empezó a enfrentar la violencia en las calles, ya que ese flagelo se da desde los años 90. Sin embargo, estimó que tras la llegada del Ejército a esa urbe, sólo el primer mes, la violencia se redujo, pero actualmente aumentó entre 800 y mil por ciento.

John Ackerman, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, aseguró que el país vive un estado de excepción de facto, el cual vulnera la Constitución, razón por la cual el gobierno de Calderón propuso modificar la ley, con el fin de ampliar las causales por las que el Ejército pueda estar en algunos lugares, con lo que se legalizaría el estado de sitio en algunas regiones del territorio.