Directores y subdirectores de hospitales generales y unidades de medicina de alta especialidad (UMAES) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recibieron con disgusto la noticia que el director de la institución, Daniel Karam, les dio en el sentido de que cambiarían las reglas para la jubilación, pues estos funcionarios se retirarían con el salario de director de unidad de medicina familiar, es decir, con un monto equivalente a una tercera parte de lo que en realidad les corresponde.

El objetivo, les dijeron, era ahorrar dinero y así solventar –en parte– la crisis financiera que atraviesa la institución. La nueva disposición, sin embargo, sólo aplicaba para el personal de confianza cuyo nivel salarial supera al de los directores de las clínicas familiares.

Lo que Karam no dijo es si una medida similar también aplicaría para él, cuyo salario mensual era, en 2009, de 199 mil pesos, o para sus colaboradores, que percibían más de 100 mil pesos, señalaron algunos trabajadores de confianza que resultarían afectados, la mayoría con una larga trayectoria dentro del instituto.

Luego de una reunión efectuada hace unas semanas en Oaxtepec, por los hospitales empezaron a circular volantes en los que se denuncia lo que consideran una arbitrariedad.

A Karam le reclamaron su predisposición intuitiva a pensar que ciertos preceptos que rigen la vida institucional deben ser trastocados por encima del capital humano. Ése es uno de los mayores errores de su administración, señalaron en uno de los comunicados que se distribuyeron en hojas con membrete oficial, incluso por los pasillos de las unidades médicas.

Desconocimiento de derechos

En el mismo documento le advirtieron que la ley está del lado de los trabajadores de confianza del IMSS. Algunos reconocieron, sin embargo, que no sería fácil: nos costaría años ganar el juicio laboral y recuperar lo que por derecho nos pertenece, una pensión calculada con base en nuestro salario real mensual.

En el volante también le reprocharon a Karam y a su equipo de asesores que se desconociera a quienes tenemos a la institución como segunda piel. (Para ello) se necesita mucho más que ser advenedizos de un momento histórico. Se necesita haber nacido, crecido y terminar una vida laboral en el IMSS, dice el documento.

Los entrevistados, directivos de hospitales y UMAES, señalaron que a Karam y su equipo se les olvidó, o quién sabe qué pensaron, que la mayor parte del personal de confianza es categoría B, es decir, procede de una plaza de base sindicalizada, por lo que podrían buscar el apoyo del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS).

Nos ayudarían porque si esto se concretaba con el personal de confianza, los siguientes serían los trabajadores de base que ingresaron al IMSS antes de 2005 y cuyas condiciones para el retiro no han sido alteradas todavía, apuntaron.

Ya no hizo falta hacer nada más, porque en los días siguientes circuló la noticia de que Karam había dado marcha atrás.

Parece que alguien le aconsejó y le orientó bien sobre lo que podría venir, no obstante, el personal de confianza sigue a la expectativa. Vamos a esperar, no vaya a ser que la supuesta retractación sea un engaño, dijeron.