Convención reguladora del comercio analiza la suerte de fauna como el atún rojo
Martes 16 de marzo de 2010, p. 3
Afp
Doha, Qatar, 15 de marzo. La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Salvajes en Peligro de Extinción (CITES, por sus siglas en inglés) pidió más recursos para preservar la vida salvaje, al comenzar una reunión en Doha, donde examinará la suerte de animales emblemáticos, como el atún rojo del Mediterráneo.
En reunión que concluirá el 25 de marzo, la CITES, que regula o prohíbe el comercio de 34 mil especies de fauna y de flora salvaje desde su entrada en vigor en 1975, estudiará 42 propuestas de inscripción o para reforzar normas comerciales.
Degradación del hábitat, uno de los factores
La CITES pretende reglamentar el comercio de especies salvajes, fuente de ingresos para las comunidades locales, sobre todo cuando el exceso de explotación, a la que se suma a veces una degradación del hábitat, amenaza su supervivencia.
Para cumplir su misión, esta convención, que sólo dispone de 5 millones de dólares por año, pide un aumento significativo de su presupuesto.
Sin financiación adecuada, la CITES corre el riesgo de olvidar especies de gran importancia
, afirmó al abrirse la conferencia su secretario general, Willem Wijnstekers.
Según un miembro de su equipo, el colombiano Juan Carlos Vásquez, se necesitaría un incremento de 30 por ciento.
Los principales importadores son Estados Unidos, Europa, Japón o China, que cuentan con aduanas que funcionan, pero necesitamos mucho más para ayudar a los países en desarrollo. Cuando uno castiga, ya es demasiado tarde: han matado ya a los animales
, añadió.
En Doha, la suerte del atún rojo, víctima de su éxito mundial en forma de sushi, y cuyo comercio se cifra en miles de millones de dólares, será uno de los temas centrales de la conferencia.
Una propuesta presentada por el principado de Mónaco sugiere incluir este gran predador marino en el anexo I de la CITES. Si esta propuesta se adoptase, las exportaciones e importaciones de atún rojo (Thunnus thynnus) serían totalmente prohibidas hasta que se verifique que hay una reconstitución de las poblaciones.
Estados Unidos y la Unión Europea (cuyos países a orillas del Mediterráneo aseguran la mitad de la pesca) sostienen su inscripción en el anexo I de la Convención, que prohíbe todo comercio internacional. Noruega, igualmente, anunció su apoyo este sábado a la proposición inicialmente presentada por Mónaco.
Evaluación de la FAO
Para la CITES, precisó su secretario general, la especie cumple con los criterios para una inscripción en el anexo I. Esta evaluación, recalcó, ha sido confirmada por la FAO (Agencia de la ONU para la Alimentación y la Agricultura) y por el Comité Científico de la comisión internacional para la Conservación de los Atunes del Atlántico (ICCAT), del cual depende la pesca en el Mediterráneo.
No hay duda de que el atún rojo está en crisis
, estimó igualmente Achim Steiner, administrador del Programa de Naciones Unidas para el Entorno (PNUE).
Pero Japón, que consume 80 por ciento de los atunes rojos pescados en el mundo, busca combatir un cese de los intercambios internacionales, argumentando que el atún rojo no está amenazado de extinción, aun cuando sus reservas hayan disminuido en dos terceras partes en menos de medio siglo.