El parque marino Cabo Pulmo, en Baja California Sur, durante los 15 años que lleva como área natural protegida ha logrado recuperar su población de flora y fauna en condiciones casi prístinas, mientras en alrededor de 40 por ciento de los arrecifes del Golfo de California ha disminuido significativamente.

Sin embargo, enfrenta la amenaza, a cuatro kilómetros de distancia, del proyecto turístico Cabo Cortés, que tendría 30 mil cuartos, por lo cual sería más grande que Cabo San Lucas o Cancún. El proyecto incluye la construcción de marinas y dos campos de golf, así como de una gran desaladora, indicó Octavio Aburto, del Instituto de Oceanografía Scripps, con sede en San Diego, California.

Explicó que en una revisión a la manifestación de impacto ambiental se encontraron fallas en la definición del flujo de las corrientes marinas, pues el documento indica que éste va hacia el norte y la salmuera que genere la desaladora no llegaría al parque; sin embargo, los centros de investigación han señalado lo contrario.

Luego de una evaluación de casi 12 años del estado de los arrecifes del Golfo de California, se encontró que la mayoría están sujetos a diferentes impactos humanos, principalmente a la extracción de pesca. Alrededor de 40 por ciento de arrecifes que se compararon han disminuido sus poblaciones, sobre todo de depredadores y carnívoros grandes, como tiburones, meros y pargos, los cuales se encargan de regular la comunidad.

En entrevista, explicó que se estudió particularmente el caso del parque marino Cabo Pulmo, decretado área protegida en 1995, que tiene una superficie de alrededor de 7 mil 100 hectáreas. Los pobladores, hace casi 15 años, decidieron detener toda actividad productiva en la zona, y ahora los arrecifes tienen un estado casi prístino.

En la comparación del estado del arrecife Cabo Pulmo con el resto de la región se encontró que biológicamente la biomasa creció y es al menos cinco veces mayor al promedio de cualquier otro sitio de este tipo del Golfo de California. Casi 60 por ciento de especies corresponden a grandes depredadores. En los últimos años se han visto especies de tiburones y pargos, los cuales son importantes porque se encargan de regular la comunidad, agregó.

El estudio Evaluación de una década en la salud de los arrecifes rocosos del Golfo de California reveló además que, en el caso de otros ecosistemas similares que no están protegidos, la distribución de la biomasa se ha homogeneizado. Se encuentran, en promedio, la misma cantidad de herbívoros, carnívoros y otras comunidades. La consecuencia es que la productividad disminuye, enfatiza.

Explicó que lo que pasa con las reservas marinas es que cuando se protegen los arrecifes las comunidades regresan a un estado más cercano a lo que son naturalmente, empiezan a producir más. Los peces que crecen salen de la comunidad y colonizan otras áreas.

Detalló que lo anterior se observa en el caso de Cabo Pulmo, donde la flota para la pesca deportiva, sobre todo de Cabo San Lucas, se beneficia, pues cuando se acerca a los límites del parque marino obtiene más capturas. Es una de las pruebas que no hemos podido constatar científicamente, pero tenemos bastante información de que esto, que se llama el derrame de la reserva marina, es parte de los beneficios que se dan en los alrededores.

Recordó que hace 15 años los pobladores decidieron dejar de pescar y muchos se convirtieron en prestadores de servicios turísticos. Por ejemplo, muchos se emplearon en la pesca deportiva y el buceo. En los aspectos biológico y socioeconómico se han dado cambios importantes. Cabo Pulmo es uno de los pocos lugares donde se ha comprobado la teoría de los beneficios que dejan las reservas marinas, sobre cómo se pueden recuperar los sitios y ser sustentables, así como beneficiar a los pobladores.