El pintor tamaulipeco Pedro Banda Salazar, quien retrató a los campesinos mexicanos con manos agrietadas, pero alegres y con empeño para progresar, murió a los 79 años de edad la noche del martes en la ciudad de México.

Calificado por la crítica como expresionista, el muralista recibió un homenaje de cuerpo presente para partir después hacia Ciudad Victoria, lugar que lo vio nacer el 15 de abril de 1930.

La ceremonia fúnebre se realizó en la Casa de Cultura Tamaulipas, en el Centro Histórico de la ciudad de México, donde se encuentra su obra más reconocida, un mural de 144 metros cuadrados que retrata su entidad natal, desde la clase trabajadora, sus tesoros naturales, la agricultura, edificios simbólicos, la industria petrolera y la riqueza pesquera de Tampico.

El campo de su niñez, el poblado de El Barretal, donde pasó largas temporadas y germinaron las temáticas que plasmaba, donde abunda la verdadera gente de lucha, donde no se ve el egoísmo, sólo el deseo de sobrevivir para el día siguiente, dijo a La Jornada en 2007. Estudió en la Escuela Nacional de Pintura y Escultura La Esmeralda. Desde 1949 trasladó su residencia a la ciudad de México, donde conservó el espíritu tamaulipeco hasta el último día de vida.