El embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, advirtió ayer que la violencia derivada del narcotráfico puede aumentar en el corto plazo, debido a las medidas que se están adoptando contra el crimen organizado.

Un día después de visitar el consulado de su país en Ciudad Juárez, Chihuahua, consideró que no fueron bien entendidos los dichos de Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interna, quien declaró la víspera que el envío del Ejército a la urbe fronteriza no ha ayudado a resolver la ola de violencia.

Puntualizó que la visión de su gobierno es que no podemos mirar sólo al Ejército para solucionar el problema. Se requiere el apoyo complementario de todas las fuerzas policiacas y de diversas instancias judiciales, para asegurar que las personas que sean arrestadas puedan ser procesadas y consignadas, y se tenga la capacidad de mantenerlas en las cárceles.

De igual manera, es necesario reforzar aspectos socioeconómicos que aumenten la capacidad de la sociedad para resistir a los narcotraficantes, agregó el diplomático estadunidense.

Carlos Pascual reiteró el apoyo de la Casa Blanca a la estrategia de las autoridades mexicanas contra el tráfico de estupefacientes, a la cual calificó de correcta.

En una reunión con medios de comunicación, el embajador recordó que en la reciente visita del presidente Felipe Calderón a Ciudad Juárez estuvieron presentes el procurador general y los secretarios de Seguridad, Desarrollo Social y Educación, en una táctica que toma en cuenta todas las líneas de trabajo antes citadas.

Destacó que el propósito de la estrategia gubernamental es reducir la violencia y eliminarla. No obstante, reconoció que las medidas que se están adoptando pueden incitar a corto plazo una reacción de los narcotraficantes y que las agresiones aumenten.

Al preguntarle si el homicidio de tres personas relacionadas con el consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez obliga a modificar la táctica de las autoridades federales de México, Pascual expuso que lo sucedido en esa urbe muestra que es absolutamente crítico tener capacidades complementarias de muchas fuerzas en la lucha contra el crimen.

Subrayó que el gobierno mexicano es el que debe adoptar las decisiones al respecto. Estados Unidos mantiene su determinación de apoyar con información, inteligencia, equipos para mejorar capacidades y programas para reducir la demanda de droga en México, donde 70 por ciento de los narcotraficantes son adictos.

Expuso que en su país se sigue trabajando para disminuir el consumo de enervantes. Para el próximo año, el presidente Barack Obama solicitó al Congreso un presupuesto de 5 mil 600 millones de dólares para enfrentar la demanda de droga, subrayó.

Acerca de Tamaulipas, dijo que en ese estado la violencia ha bajado en semanas recientes. No se sabe si esto obedece a que los cárteles que disputan la plaza se están reagrupando y se preparan para atacar, o si efectivamente han decidido no continuar la batalla. Consideró que debe darse seguimiento al asunto y adoptar medidas preventivas.

No hay que decir que se trata de una lucha entre cárteles y dejarlo que siga al punto de ceder control de las calles a fuerzas ilegales, porque eso afecta la autoridad del estado.