El Consejo Nacional del PRD optó por el control de daños, al conceder una salida salomónica en el reparto de siete nuevas comisiones, al determinar que las corrientes –desde las más representativas hasta las minoritarias– participen en el control y gobierno de cada uno de esos órganos partidarios.

En medio del debate interno que han generado las alianzas con la derecha, representada por el PAN, la dirigencia nacional del sol azteca, encabezada por Jesús Ortega, impulsó un acuerdo que no le generara críticas severas y concedió la sobrerrepesentación a las corrientes que se inconformaron porque Nueva Izquierda, Izquierda Democrática Nacional (IDN) y Alternativa Democrática Nacional (AND) se perfilaban para dominar las siete comisiones.

La salida la allanó el contenido de los estatutos del último congreso nacional, que establecen que todas las corrientes podrán tener participación en la comisión de afiliación, así que esa receta se aplicó a todos.

El inicio de la reunión del Consejo Nacional se prolongó por las dificultades que entrañaba la negociación de los siete órganos de organización interna. En el caso específico de la comisión de afiliación, las tres principales corrientes llevaban ventaja sobre el resto. No obstante Foro Nuevo Sol se inconformó y propició que el acuerdo se truncara, a pesar de que en la mayoría de las comisiones se habían alcanzado acuerdos.

De tal forma, el consejo empezó sin que las corrientes se dieran por satisfechas con el reparto de las posiciones de control. En esas estaban cuando Carlos Sotelo, ex integrante de Nueva Izquierda y ahora líder de un nuevo grupo denominado Democra- cia Social, solicitó el uso de la palabra, y en tribuna se lanzó contra Jesús Ortega.

Pareciera que la actual dirección política del partido está haciendo todo lo posible para allanar el regreso del PRI al poder. Ligar al partido con el gobierno de (Felipe) Calderón, debilitar al PRD en su andamiaje institucional, fragmentar aún más a las izquierdas, alejar los liderazgos históricos y sociales de nuestro partido e incumplir los acuerdos del congreso nacional son algunas de las acciones para lavar la cara al PAN, el partido de Calderón, y por otro lado, con las derrotas de PAN-PRD, favorecer el regreso del PRI. En verdad no se sabe, bien a bien, para quién trabaja la dirección nacional.

La posición de Sotelo fue seguida con atención por un sector de consejeros, mientras otro le hizo vacio, ignorándolo. Importaba más la negociación que se daba entorno al reparto de las siete nuevas comisiones: del registro de las corrientes de opinión, transparencia, coordinadora de autoridades locales, comités de base, relaciones internacionales, auditoria, y ética.

El tema controvertido fue el del registro de las corrientes de opinión nacional, pues por mandato del congreso, éstas ya deberían haberse inscrito y, a su vez, habrían servido de referente para el reparto de las nuevas comisiones perredistas.

Costó 800 mil pesos

Como ha sucedido en los subsecuentes plenos de Consejo Nacional, la dirección del partido erogó alrededor de 800 mil pesos para organizar el pleno. El monto se dividió en viáticos para los representantes provenientes del interior de la República, pago de hospedaje, comida, renta de local para el encuentro, café, agua y pastitas de harina.