El candidato ideal de algunos amarillos
El corazón tricolor de De la Fuente
unque las preocupaciones de los políticos en cualquier parte del país deberían estar puestas en las formas de desactivar la guerra necia de Felipe Calderón en contra del narcotráfico, con propuestas concretas, correctas y viables, que den oportunidad a los jóvenes para tomar caminos diferentes al de la delincuencia, en la ciudad los grupos políticos están desesperados por encontrar alguien que pueda sostener la bandera, no de la izquierda sino de sus intereses, que represente al PRD en las elecciones de 2012.
Por más que se niegue en los bandos correspondientes, sobre todo del lado de quien sería el principal actor, los amarillos, algunos de ellos, para ser exacto, han hallado en el ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, al personaje que necesitan para ejercer presión suficiente, y de esa forma llevar agua a sus molinos.
Unos lo ven como el sucesor de Marcelo Ebrard, otros como el que tiene que correr con la bandera amarilla por la Presidencia de la República. No se ponen de acuerdo, pero en las tribus con mayor fuerza en el PRD se le quiere para uno o para otro cargo, y De la Fuente torea a unos y otros en espera de la oportunidad que le permita satisfacer lo que él tiene en mente.
Y es que mientras en el PRD se le mira como un serio aspirante, en la UNAM causa cada vez más rechazo, y no se trata del juicio a De la Fuente por sus acciones como máxima autoridad de la máxima casa de estudios, sino de los hechos que los más conspicuos universitarios han sancionado en los meses recientes.
Cuentan los universitarios que no hace mucho los ex rectores, incluso Francisco Barnés, que regularmente representan al conservadurismo pidieron, ¿o exigieron?, al rector José Narro que retirara los privilegios que la UNAM le otorga al ex rector, entre ellos el cocinero que aún cobra su salario en la universidad.
El argumento de quienes estuvieron al frente de la universidad nacional es que De la Fuente se ha servido de la casa de estudios para promover su figura política, y de esa forma hacer creer que en la universidad todos están de acuerdo con sus aspiraciones.
Eso le dijeron al rector Narro los que ya estuvieron al frente de la máxima casa de estudios de México, según nos cuentan, pero lo que es cierto es que las huestes de René Bejarano ya buscaron a De la Fuente para seducirlo con la posibilidad de apoyarlo como candidato a la jefatura de Gobierno, y aunque el ex rector no los bateó, Nueva Izquierda lo quiere como candidato presidencial. De la Fuente quiere oír, dicen sus cercanos, las propuestas del PRI, partido con el que sí se siente identificado.
Total, que Juan Ramón de la Fuente, sin quererlo, sin su consentimiento o con él, se ha convertido en un as bajo la manga de algunos amarillos que ni quieren a López Obrador ni quieren a Marcelo Ebrard para la presidencial, o de los otros, los de Bejarano, que pretenden hacerlo candidato ¿de la izquierda? a la jefatura de Gobierno. ¿Será?
De pasadita
El fin de semana pasado se nos hizo saber de la muerte de Higinio Muñoz, un joven de apenas 43 años que empeñó su vida en las causas nobles. Higinio anduvo el país sin cámaras ni capuchas, sin reporteros que contaran sus hazañas, y aún sin esas motivaciones luchó para abrir horizontes entre quienes nada tienen.
Higinio Muñoz labró lo que muchos políticos no logran, un camino seguro y real para los jóvenes que no hallaban perspectivas de vida. Muchos, los más, no saben quién fue Higinio, tal vez hasta la historia quiera negarlo, pero fue el homenaje de los jóvenes, el reconocimiento de los viejos y el agradecimiento de muchos padres lo que hará que la memoria de Higinio perdure, aunque la historia oficial lo niegue. Adiós Higinio y gracias. Por ahí nos encontraremos.