Esta labor no es vista como actividad profesional, sino como mansedumbre: ombudsman
Casi dos millones de personas son trabajadoras del hogar, 10 por ciento están en la capital, según el Inegi
Conapred señala que por temor no se denuncian tratos discriminatorios
Sábado 27 de marzo de 2010, p. 26
Las condiciones de trabajo que existen actualmente en las relaciones laborales domésticas es un claro ejemplo de la violencia institucionalizada que aún se ejerce en agravio de determinados sectores de la sociedad pues la manera en que son tratadas las personas que se dedican a este oficio tiene resabios de colonialismo, aseveró el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Luis González Placencia.
En el foro Por una ley justa para las trabajadoras y trabajadores del hogar, que organizó la Asamblea Legislativa, el ombudsman capitalino advirtió que lejos de entenderse al servicio doméstico como una actividad profesional se le ve más cerca del terreno de la servidumbre.
La relación entre patrones y trabajadores pasa todavía por aquellas relaciones disfrazadas pues se asumen actitudes de benevolencia, de caridad y de buen trato e incluso se llega a afirmar que (los trabajadores) son como de la familia, pero en los hechos es diferente, pues no se les permite comer en la misma mesa y se llega al extremo de considerar como un favor y un acto que tendría que ser reconocido por la persona que desempeña el trabajo el hecho de darles alimentación o de proveerles un techo bajo el cual dormir
, abundó.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), a escala nacional, cerca de dos millones de personas se dedican al servicio doméstico. El 10 por ciento de este universo trabaja en la ciudad de México, 79 de cada 100 carece de prestaciones laborales y 91 por ciento no tiene acceso a instituciones de salud.
Es importante que quien contrate a una persona para el servicio doméstico esté consciente de que lo que hace es contratar a un trabajador que tiene los mismos derechos que cualquier otro empleado. Eso significa acceso a la salud, vacaciones, jubilación.
–¿Algún exhorto a los legisladores (federales) para que legislen en la materia?
–Es un tema urgente que resolver. Celebramos el bicentenario (de la Independencia) y éste es uno de los escenarios donde la emancipación no se ha dado. Tenemos por lo menos 200 años de violar los derechos humanos de quienes se dedican al trabajo doméstico –respondió.
En el foro también participó Rosario Ortiz Magallón, de la Red de Mujeres Sindicalistas, quien explicó que el término trabajadoras y trabajadores del hogar
es un concepto que, a diferencia de trabajadora doméstica
, no tiene carga peyorativa
.
Otros de los panelistas fueron la diputada Ana Estela Aguirre, Marcelina Bautista, del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar, y la directora adjunta de quejas y reclamaciones del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Hilda Téllez, quien reveló que en toda la historia del Conapred solamente se han recibido dos quejas en las que la discriminación esta relacionada por ser trabajadores del hogar pues la visión de servidumbre y colonialismo antes descrita provoca desconocimiento de derechos y temor a denunciar.