Las dos lógicas
a preocupación de los integrantes de los comités obradoristas en la sierra nororiente de Puebla era cómo organizar el pasado jueves un gran acto en Teziutlán. Andrés Manuel viajaría a la perla de la sierra a evaluar el trabajo de meses. En el pueblerío de la abrupta sierra se han formado más de 60 comités municipales y territoriales. Organizar y trasladar a los representantes es difícil. Los partidos gastan cientos de miles de pesos en actos semejantes. Los comités dependen de la iniciativa y las aportaciones voluntarias.
Consiguieron el teatro Victoria –recinto antiguo recién remodelado–, así como sillas, mesas, edecanes y el refrigerio. Ordenaron listas, prepararon marbetes y cuidaron la seguridad. Tres pueblos convergieron para llevar tortas y refrescos.
El acto fue un éxito de autogestión. Estuvieron presentes 30 comités municipales. Se tomó protesta a 33 nuevos y pasaron lista cerca de 400 activistas. Se organizó un bailable previo. El maestro de ceremonias y varios oradores dieron la bienvenida, incluso en náhuatl. Llegó gente de los pueblos limítrofes de Veracruz. Después de un informe de avances, Andrés Manuel dirigió un mensaje, recibido con entusiasmo. A la hora del refrigerio se dieron cuenta de que la ración de tortas se había multiplicado milagrosamente y la gente se pudo llevar un itacate. Al final todos sintieron esa alegría que se genera con la participación voluntaria, disciplinada y exitosa.
Mientras, la clase política está atrapada. El PAN, después de años de abrirle camino al PRI para que regrese, se da cuenta del desastre que se le viene encima y genera resistencia y se alía hasta con los partidos que victimizó en el fraude de 2006. Todos coinciden en que lo fundamental es detener al PRI en las elecciones estatales de este año e impedirle ganar la gubernatura del estado de México en 2011. Esto confunde e irrita a los priístas, que ya sentían en sus manos la Presidencia por otros 70 años. El PRI aún es un partido autoritario y corrupto. Los gobernadores son operadores de la compra y la coacción del voto. El gobierno panista es impotente para detenerlos.
Los comités en Teziutlán operan con la lógica de la participación voluntaria, la entrega a una causa y la voluntad de salvar a México. La lógica de la partidocracia es mantenerse en el poder. Seguir en una o en otra forma aliados a la oligarquía. Seguro a los políticos que medran en la capital, los comités serranos pueden parecerles ingenuos. Pero éstos con otros miles forman un gran movimiento de presión social que puede cambiar el rumbo y sacar a México de la decadencia.