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Destacan en taekwondo y atletismo

Niñas indígenas, en espera del apoyo deportivo prometido
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 30 de marzo de 2010, p. a15

Huejutla, Hgo., 29 de marzo. A los 10 años, Nubia González Castillo suma ya 24 medallas en taekwondo y Viviana Yuridia Esteban Hernández, de 14 años, espera la oportunidad de ir a los juegos olímpicos especiales, a celebrarse este año en Grecia, sólo que para ambas los apoyos prometidos aún no llegan.

Ambas son niñas indígenas de la Huasteca hidalguense que han sobresalido por su talento deportivo y siguen en espera de una oportunidad para trascender.

En dos años, Nubia González Castillo ha ganado 24 medallas (22 de oro y dos de plata) en competencias nacionales e internacionales en taekwondo, de la que es cinta negra; sin embargo, todas las puertas que ha tocado en busca de apoyo se le han cerrado.

Ganó el premio municipal del deporte y fue distinguida con un reconocimiento y un incentivo de 500 pesos por ser campeona de los Juegos Panamericanos, que recientemente se desarrollaron en Puebla.

Su anhelo es abrir una escuela y ser maestra profesional, para formar a muchas personas en esta disciplina. Nubia rechazó que el deporte que practica sea utilizado para la violencia, pues jamás se emplea para buscar problemas, sino para competir.

Pese a sus habilidades, carece de entrenador profesional o de planta y los gastos que realiza en sus distintas participaciones los cubren sus padres.

En tanto, Viviana Yuridia Esteban Hernández corre descalza desde que comenzó a competir. Las carencias en el hogar no han sido obstáculo para sus deseos de trascender como velocista.

Viviana es una niña indígena que desde los nueve años practica atletismo; en cinco años de actividad ha cosechado siete medallas, lo que le ha valido su pase a los Juegos Olímpicos Infantiles de Grecia, pero su participación está en duda, pues no cuenta con apoyos; su familia apenas tiene para sobrevivir.

Vive en Hueynali, comunidad de Panacaxtlán. Hace unos años sus habitantes conocieron una carretera y supieron lo que es el servicio de drenaje. El agua la toman de los arroyos, pues no hay sistema de líquido potable.

La vivienda de Viviana es de ramas de árbol de otate cubiertas con lodo. Afuera, la letrina. Eso sí, ya cuenta con piso firme.

Santos Julián Esteban y María Mónica Hernández son padres de cuatro hijos. Viviana es la más pequeña. Él sostiene: mi hija puede ser una buena atleta, aunque se desanima, porque nos han dicho que busquemos patrocinio, pero no lo encontramos.