La fracción del PAN en la Asamblea Legislativa promueve una iniciativa de ley para reformar el Código Penal del Distrito Federal a fin de considerar como delito grave adquirir, intercambiar o compartir material que contenga pornografía infantil, y con ello lograr que las penas sean similares a quienes promueven este ilícito.

Ello para evitar casos como el del sacerdote veracruzano Rafael Muñiz López, alias El Lobo Siberiano, quien a pesar de que operaba una red de pornografía infantil, enfrenta el proceso penal en libertad porque se argumentó que sólo compartía material de esta naturaleza en un círculo cerrado de personas adultas.

En la exposición de motivos, la diputada Lía Limón precisó que actualmente el Código Penal local recoge supuestos que pueden ser considerados delitos en el caso de la pornografía infantil, entre ellos promover la prostitución de un menor de edad, producir y distribuir material con este tema.

Sin embargo, en el ejemplo citado se hizo una interpretación de la ley en la que se favoreció al infractor, pues se adujo que sólo compartía el material en un pequeño grupo de personas y no lo distribuía entre la sociedad.

Para evitar en el futuro ambigüedades que permitan que presuntos responsables de este ilícito obtengan su libertad, señaló que es necesario reformar el artículo 187 del Código Penal con el fin de adicionar algunas conductas delictivas en la prostitución infantil, como son: adquirir, intercambiar y compartir material pornográfico en el que participe un menor de edad.

Dijo que es preocupante y aberrante que la capital del país esté entre las siete ciudades con mayor problemática en materia de prostitución, explotación, pornografía infantil y abuso sexual contra menores, delitos que atentan contra su dignidad e integridad, por lo que se requiere un marco legal con sanciones más rigurosas.

Aseguró que según cifras oficiales se estima que en Internet existen 27 mil pedófilos o pederastas conocidos en el mercado como productores de pornografía infantil, que comercializan todo tipo de material sexual en que aparecen niños.

Datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, agregó, muestran que aproximadamente un millón de niños son fotografiados y filmados anualmente para satisfacer una demanda que genera entre mil y 3 mil millones de dólares al año.