Así como ciencia y tecnología avanzan y modifican el entorno, la comisión de pecados también se actualiza. Ante nuevas circunstancias hay diversas formas de cometer faltas. En esta tesis se enmarcan los pecados sociales, los cuales, según la Iglesia católica, no son nuevas transgresiones, sino una actualización de vicios ya identificados.

En este contexto, aunque ninguno de los siete pecados capitales –lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia– identificados por el papa Gregorio I en el siglo VI– exponen directamente que generar pobreza sea una falta, la avaricia sí está relacionada con ese acto injusto.

Hugo Valdemar, vocero de la arquidiócesis de México, señaló que los pecados sociales son una ampliación de la conciencia, son variaciones de las faltas que ya existen; se debe entender que al cambiar las circunstancias culturales, los pecados tienen modificaciones. Hoy, en las condiciones de escasez, por ejemplo, desperdiciar agua es criminal, porque atentamos contra nosotros mismos, los demás y las futuras generaciones.

Añadió que generar pobreza se encuentra en el contexto de la avaricia, y ejemplificó: pagar bajos sueldos, pudiendo pagar más, explotar a los trabajadores y mantenerlos en una situación indigna de vida es pecado.

A su vez, Josué Tinoco Amador, catedrático e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, señaló que muchos sistemas de gobierno no escapan a esta falta, pues basta confirmar si el número de pobres se eleva, ya sea por la adopción de políticas económicas y sociales equivocadas, o la aprobación de mayores impuestos y alzas. Pero también acotó que muchos empresarios cometen este pecado al pagar sueldos miserables , además de que los políticos también pecan al practicar la corrupción.

Fue en marzo de 2008 que el arzobispo Gianfranco Girotti, plenipotenciario apostólico del Vaticano y experto en asuntos de conciencia, manifestó al periódico L’ Obsservatore Romano la existencia de los pecados sociales, los cuales incluyen violaciones bioéticas, como la anticoncepción y la investigación genética; contaminar el medio ambiente; generar pobreza; ampliar la brecha entre ricos y pobres; acumular riqueza excesiva, y todo lo relacionado con el tráfico y consumo de drogas.

Sobre esto, José de Jesús Aguilar, párroco del templo de San Cosme y subdirector de Radio y Televisión de la arquidiócesis de México, refirió que en torno a los pecados existe gran ignorancia, porque para muchos pareciera que dichas faltas sociales son nuevas, y no es así.

Explicó que pecado es todo aquello que destruye a la persona, a la pareja, a la familia, a la sociedad y a la naturaleza; no se puede decir que la Iglesia católica haya inventado más pecados, sino que está creando conciencia. Si dañar a una persona es pecado, aunque en la Biblia no esté el secuestro, el narcotráfico y el genocidio, por supuesto que se tiene que sacar como conclusión que hay formas en que éste se va actualizando, porque el hombre siempre puede cometer actos de maldad con nuevos rostros.