El colaborador de La Jornada imparte curso con entrada libre en la Fonoteca Nacional
la cinefilia y la melomanía, de preferencia juntas
Resalta el papel de la música en el séptimo arte como creación de atmósferas o reforzamiento del discurso narrativo
En la próxima sesión analizará la dramaturgia sonora de filme de Kubrick
Martes 6 de abril de 2010, p. 6
¿Por qué un solo sonido es capaz de decirnos mucho de la situación, las emociones o los sentimientos dentro de una película sin que haya incluso imágenes? ¿Hasta dónde una melodía puede condicionar el sentido o el significado de una escena o acción visual? ¿Cómo fue que la música se convirtió en un elemento esencial, casi indispensable dentro del discurso cinematográfico?
Esos son sólo algunos de los elementos a desarrollar durante el curso La música en el cine, que el cineasta y crítico e investigador musical Juan Arturo Brennan imparte en la Fonoteca Nacional desde el pasado 24 de marzo y hasta mediados de mayo, abierto a todo el público y sin costo alguno.
Colaborador de La Jornada, el especialista concibió este curso no sólo para conjuntar sus dos más grandes pasiones: la imagen y el sonido (una más es el futbol), sino, según explica, con el propósito de seguir fomentado la cinefilia y la melomanía, de preferencia juntas
.
Y agrega: “Fundamentalmente me interesa que la gente entienda que la música de cine es mucho más que un adorno o un parche sonoro para ocultar deficiencias narrativas de la película –aunque a veces sí cumpla esa función–; que entienda los mecanismos de creación de la música de cine, los mecanismos de dónde ponerla, cómo y por qué dentro de la película.
Me interesa también que se comprendan algunos mecanismos técnicos muy sencillos, así como algunos procesos históricos
de la música dentro de la cinematografía, en la que cumple un doble papel: de mero acompañamiento o de creación de atmósferas y/o reforzamiento del discurso narrativo.
Las sesiones –las cuales tienen lugar los miércoles de 19 a 21 horas en la sede de la Fonoteca Nacional– están organizadas de manera dinámica y amena, incluso divertida, a partir de la interacción de aspectos teóricos y prácticos, este último rubro mediante la proyección de fragmentos de películas y la audición, así como el análisis de los temas musicales correspondientes.
Composiciones a destajo
La primera sesión, por ejemplo, Juan Arturo Brennan la dedicó a explicar el concepto de leitmotiv dentro del cine y la música, al que definió como una herramienta sonora o visual que se utiliza de manera recurrente a lo largo de una obra para subrayar algún o algunos aspectos por los que a la postre serán identificados una pieza musical o un filme.
De igual manera, indicó que en los principios de la historia cinematográfica, a finales del siglo XIX y principios del XX, la música fue utilizada sólo como un elemento para cubrir el ensordecedor sonido de los proyectores dentro de las salas.
Precisó que si bien no se tiene un momento o una fecha registrada, la música creada de forma específica para cine seguramente surgió de manera paulatina luego de que los pianistas y los dueños de las salas cinematográficas advirtieron la posibilidad de complementar el discurso visual con el musical.
Así fue como las productoras cinematográficas, incluso antes de que el cine fuera sonoro, comenzaron a contratar a compositores para que escribieran, a destajo, piezas musicales que remitieran a determinados lugares, emociones o acciones.
Después de analizar una decena de fragmentos musicales de películas de diversos géneros (acción, bélica, comedia romántica, western y ciencia ficción), Brennan refirió, para concluir la sesión, que existen dos tipos de música en el cine: la de fondo y la incidental. La primera es la que se utiliza como mero acompañamiento de la acción, mientras que la segunda se refiere a aquella que forma parte de lo que ocurre en la pantalla.
La próxima sesión, en el recinto de Francisco Sosa 383, barrio de Santa Catarina, Coyoacán, estará dedicada de forma completa al análisis de la dramaturgia musical de la célebre película 2001 Odisea del espacio, de Stanley Kubrick. La entrada es libre.