Las historias que yo viví es la primera novela gráfica del caricaturista de La Jornada
Siempre se tiene un mundo interior, privado y único el cual lo marca a uno
, subraya
Miércoles 7 de abril de 2010, p. 6
La primera novela gráfica del pintor, dibujante, caricaturista y escultor Manuel Ahumada, autor de la memorable serie La vida en el limbo, se encuentra ya en circulación con el título Las historias que yo viví.
Con el sello Resistencia, editorial independiente que asume en México el reto de publicar narrativa gráfica, en esta primera novela de Ahumada para aquellos seguidores que reconocen la singular creatividad poética e imaginativa del autor, así como para quienes se acercan por primera vez a su obra, encontrarán muchos de los personajes de La vida en el limbo, quienes gravitaban en torno del personaje que viste gabardina, sin rostro y sombrero, protagonista de esa serie.
En Las historias que yo viví los protagonistas son una mujer, un astronauta y la ciudad, personajes que se encuentran en cierto momento para vivir una historia de amor poco convencional, ya que cada uno habita su propio universo cotidiano.
El mundo real que la mujer habita, no es sólo una ilustración de su cotidianidad, sino que es dibujado por Ahumada de una manera simbólica y poética.
Mientras que en el astronauta, su cotidianidad esta marcada por lo que realiza en el espacio, aunque haciéndolo en la Tierra.
Final abierto
Se trata de dos seres totalmente solitarios, explica Ahumada, quien hace unas semanas montó una muestra de su obra escultórica en la Casa Lamm.
“En esta historia, como protagonistas, ninguno de los dos convive con nadie. Sin embargo, en torno a ellos, la ciudad y otros personajes aparecen con sus propias historias de vida, las cuales dan contexto a las vidas paralelas de la mujer y el astronauta.
“Ella es una bruja, una hechicera, no porque haga maldades, sino porque así la consideran sus vecinos, por su manera de vivir. Es una mujer que duerme, sueña y flota; que va al pan, que en La vida en el limbo tendía su ropa sobre el cuarto menguante de la Luna; cuya menstruación de un hilo de sangre se convierte en un gato negro, el cual a su vez se convierte en la noche, en el firmamento lleno de estrellas. En el único texto escrito dentro de la novela gráfica se explica por qué ella es así.”
Esta es una historia, comenta Manuel Ahumada, que si bien tiene cierta secuencia, si se separan las hojas o los dibujos se puede leer y armar una historia diferente; así cada quien puede hacer la suya, por eso esta novela tiene un final abierto
.
Cuarenta dibujos inéditos
El aspecto central de todo esto, destaca Ahumada, “es que siempre se tiene un mundo interior totalmente privado y único, el cual lo marca a uno y no se puede dejar, aunque se viva con otra persona, siempre lo vas recreando y no tiene nada que ver con quien vives, pues es tu mundo personal. Es como lo que uno vivió en la infancia, que siempre te acompaña, que nunca olvidas, que siempre va a ser tuyo y que por más que quieras a otra persona, nunca vas a dejar de tener la infancia que viviste.
“Aunque se tenga una novia en esa etapa, ambos la vivieron de manera diferente. Los dos tuvieron de su infancia un punto de vista diferente.
“Eso mismo sucede en Las historias que yo viví, los dos tienen un punto de vista diferente de la vida, aunque vivan juntos, aunque se quieran mucho; es su propio mundo.”
Con una introducción de Naranjo, la novela de Manuel Ahumada está integrada por más de 40 dibujos inéditos y el resto por obra ya publicada de manera independiente.
Las historias que yo viví fue presentada en la pasada Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.