Exigen la liberación de presos políticos
Viernes 9 de abril de 2010, p. 30
Tuxtla Gutiérrez, Chis., 8 de Abril. Nueve mujeres militantes del Movimiento Campesino Regional Independiente (Mocri), entre ellas tres menores de edad, iniciaron una huelga de hambre para exigir la libertad de sus familiares presos, su regreso a la colonia Emiliano Zapata –de donde fueron expulsadas el pasado 22 de marzo– y la liberación de su líder ,Francisco Jiménez Pablo.
Bertha González Jiménez, Ángela Gómez, Lorena Domínguez Hidalgo, Candelaria Matuz Vázquez, Marisela Pérez Ruiz, Ramira Victoria Pérez, y las menores María Rodríguez Velasco, Nataly Guadalupe López Domínguez y Ana Gabriela Domínguez Hidalgo, familiares de los presos Domingo Rodríguez Ordoñez y Manuel Díaz López, iniciaron el 7 de abril el ayuno en las puertas de palacio de gobierno, ubicado en esta ciudad.
Las mujeres piden la libertad de sus familiares y de Jiménez Pablo, dirigente del Mocri, detenido en el Distrito Federal por agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) y trasladado al Centro de Readaptación Social número 4 de Tepic, Nayarit. La captura ocurrió cuando conversaba con funcionarios de la Secretaría de Gobernación y otros líderes campesinos.
Jiménez Pablo y los otros dirigentes participaban en la manifestación que el Mocri tiene en las oficinas del Alto Comisionado de la ONU para los derechos humanos, organismo al cual solicitaron su intervención debido a la negativa del gobierno federal a reconocer la existencia de 36 presos políticos, la mayoría de Chiapas, Veracruz e Hidalgo.
Oídos sordos del gobierno
Las huelguistas explicaron que desde finales de 2007 han sido acosadas por un grupo opositor al Mocri, que mantiene un autogobierno en la colonia Emiliano Zapata, en donde habitaban hasta el pasado 22 de marzo, cuando fueron expulsadas.
Debido a que consideran que el gobierno del estado no ha escuchado sus demandas, y por el contrario ha detenido al dirigente de su organización, determinaron iniciar el ayuno.
Quienes tomamos esta decisión lo hacemos de manera consciente, sabiendo de los riesgos que implica, pero ante tanta injusticia no nos dejan otra salida
, acotaron.