Para el artista Erick Reyes-Lamothe (Pachuca, Hidalgo, 1974), el poeta y el político comparten un discurso mediante el que buscan convencer a un público.

Ese deseo también es la hipótesis de Hola y adiós: ensayo sobre política y papel, exposición de acuarela, cerámica, instalación, escultura y video de Reyes-Lamothe, montada en las galerías de la Casa del Lago, en el bosque de Chapultepec, que concluye este domingo.

La muestra se exhibió primero en la Fundación Arturo Herrera Cabañas, de Pachuca.

El eje con que construyo las imágenes es una teoría de las multitudes, es una teoría política, de las redes de trabajo y, por eso, hay imágenes también de multitudes. Pero esa forma estética de la multitud igualmente viene a contribuir en la forma de la producción. Entonces, es una multitud de elementos muy diferentes entre sí, cada uno tiene su propia individualidad, pero que confluye en un espacio galerístico. De modo que la multitud no sólo va a ser una forma estética de producción, sino también una forma en sí misma, porque hay distintas singularidades que integran toda una multiplicidad, explica el entrevistado.

Por un lado, Hola y adiós –toma su nombre de una de las esculturas– alude a los encuentros breves como las relaciones que tenemos con nuestros políticos, que también tienen una vida relativamente breve en la escena cotidiana, porque al llegar a un puesto, ya se están despidiendo a los pocos meses en aras de escalar el siguiente peldaño.

Luego, el papel se utiliza como elemento unificador que busca analizar, observar y experimentar con los diferentes valores que tiene este material como, por ejemplo, las boletas de votación, los billetes o el papel de baño en las pequeñas esculturas que simulan chicles pegados en un poste, ya que trata de demostrar que una idea no tiene por qué necesariamente exponerse con una sola técnica.

Búsqueda del silencio y el vacío

Reyes-Lamothe se formó como grabador en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Cursó la maestría en bellas artes en el San Francisco Art Institute, en 2008, y el año siguiente se doctoró por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es profesor investigador en el Instituto de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.

Aunque se considera un artista visual, cada vez se siente más alejado de las artes visuales, por varias razones. Una, porque no estoy seguro si se deben seguir produciendo más objetos visuales. A veces no le veo ya la necesidad de reproducir más imágenes, ya hay demasiadas, y cada vez me siento más cercano al pensamiento académico, inclusive, en cuanto al discurso. Pero, finalmente creo que mi necesidad está mucho más ligada a las artes visuales que la filosofía, porque no me siento con la capacidad de expresarme mediante su pensamiento.

–¿Sería mejor destruir las obras?

–Algo que es recurrente en varias de las piezas es la destrucción y la recomposición como, por ejemplo, en las cerámicas. (En la serie Cada vez que rompo tu corazón, lo reparo (y se pone peor), los pedazos de vasijas son unidos con papel bond o tabaco.) Así también en las piezas de billetes.

Otra obra, consistente en un anuncio sin nada contratado en un periódico, invita a la búsqueda del silencio y del vacío en las artes visuales.

–¿Su generación cuestiona los valores tradicionales del arte?

–Ya se han roto tantos clichés; el hecho de tratar de romper parámetros es un cliché. ¿Qué más se puede romper? Ya todo ha sido de alguna manera cuestionado, entonces, en esta época como del post todo, ya nada queda más que romper. Más bien nos queda reconstruir esos pedazos, por eso son muy simbólicas algunas piezas, porque la presente es una época de muchos rompimientos que nos tocó.