Caracas, 9 de abril. Venezuela y Colombia se trenzaron hoy en un nuevo intercambio de acusaciones por la detención la semana pasada de un grupo de presuntos espías colombianos en territorio venezolano, acentuando un conflicto marcado por la decisión del presidente Hugo Chávez de congelar las relaciones diplomáticas y comerciales, en rechazo al pacto firmado por su homólogo Álvaro Uribe con Estados Unidos para que tropas de este país tengan presencia en siete bases militares colombianas.

En este contexto, el gobierno de Venezuela calificó de inaceptable la postura de Uribe ante las legítimas y sustanciales denuncias sobre la operación de espionaje de ocho ciudadanos colombianos, quienes fueron detenidos cuando tomaban fotografías de infraestructura, como el sistema eléctrico, puentes y autopistas del país.

Una vez más pretende el gobierno actual de Colombia presentarse como víctima, en un caso que implica a un grupo de personas capturadas en flagrancia con pruebas de espionaje, que atentan contra nuestra patria, señaló un comunicado de la cancillería, al referirse a las declaraciones de Uribe del miércoles pasado y que este día reiteró en el sentido de que se respete el derecho a un juicio justo para los detenidos, de quienes dijo que viven en Venezuela con sus familias.

Añadió que Uribe intenta minar un eventual restablecimiento de las relaciones normales con Caracas. No contento con haber destruido las relaciones políticas, diplomáticas y comerciales entre Venezuela y Colombia, ahora pretende forzar a quien le suceda en el cargo a adoptar ese triste legado, por lo que el conflicto continuaría con el gobierno que será electo en mayo próximo.

Se trata de una maniobra de distracción, ante la gravedad de hechos que demuestran la acción constante de grupos conspirativos, contra la paz y la seguridad de Venezuela, agregó la cancillería.

Uribe admitió que dos de los detenidos trabajaron para un dispensario de salud del ejército, uno como médico y una mujer como farmacéutica, Sin embargo, afirmó que esas personas estaban haciendo turismo y que eran pequeños empresarios en Venezuela.

No obstante, Uribe recordó este día que su gobierno no ha tenido respuesta de Venezuela sobre otro grupo de ocho jóvenes colombianos que fueron asesinados, junto con un peruano y un venezolano, cuando jugaban futbol, y que sólo estaba pidiendo claridad sobre ese caso ocurrido en octubre de 2009 en el estado venezolano de Táchira.

Aseveró que simplemente se lavaron las manos diciendo que eran paramilitares, pero sin que se presentaran pruebas; se preguntó sobre el debido proceso en tribunales, en torno a si fue una operación legítima de las fuerzas armadas o fue un asesinato.

El canciller colombiano, Jaime Bermúdez, aseguró que su país ha intentado una interlocución directa con Venezuela, y lamentó nuevamente lo que calificó de embargo comercial alentado por autoridades de Caracas que congelaron el intercambio binacional.

Incluso, tras el anuncio esta semana de Brasil, de que firmará un acuerdo de cooperación en materia de defensa con Estados Unidos, posiblemente el próximo lunes, Colombia ironizó si acaso Venezuela va a congelar también sus relaciones comerciales con Brasilia.

Esto no es cuestión de una foto y una sonrisa de los presidentes, ni es un tema de cartas de amistad. Es un asunto de poder discutir los temas de seguridad que nos preocupan, los temas comerciales y de los colombianos detenidos, señaló Bermúdez.