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Felipe Calderón temía que el SME intentara tomar las instalaciones, revelan autoridades

Por vigilar sedes de LFC, la SSP federal abandonó labores de seguridad pública

Informan que los agentes fueron acuartelados a finales de septiembre en Iztapalapa

 
Periódico La Jornada
Sábado 10 de abril de 2010, p. 9

Desde octubre de 2009, la participación la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal en los operativos contra el crimen fue prácticamente nula, pues cuando el gobierno federal decidió extinguir Luz y Fuerza del Centro (LFC), entre 24 mil y 27 mil de los casi 35 mil elementos que integran la Policía Federal (PF) se dedicaron únicamente a tareas de vigilancia en instalaciones eléctricas y a permanecer en alerta ante cualquier intento de los trabajadores por tomar los inmuebles, revelaron autoridades federales que participan en el gabinete de seguridad nacional, y la versión fue confirmada en círculos castrenses.

Por orden presidencial, el desmantelamiento y combate contra los cárteles quedó en manos del Ejército y la Marina. Los agentes federales sólo mantuvieron presencia con alrededor de mil 500 agentes de octubre a marzo en Ciudad Juárez, Chihuahua, y Michoacán, entidad esta última donde las acciones de la SSP federal se concentraron en detener a integrantes del cártel de La Familia, grupo que atacó instalaciones de la Policía Federal y ejecutó a más de 15 de sus elementos en menos de seis meses durante 2009.

“La orden de presidente Felipe Calderón fue que los policías federales cuidaran instalaciones de Luz y Fuerza, prácticamente todos los agentes se enfocaron a ello, y para cubrir lo que se consideró la fuerza necesaria, todavía se pidió que la Secretaría de la Defensa Nacional apoyara con unos 10 mil elementos.

“Por esa razón también el número de militares en tareas de combate al crimen organizado en todas sus modalidades, desde la destrucción de cultivos [de enervantes] e intercepción de cargamentos, hasta la persecución de criminales y el sostenimiento de los llamados operativos conjuntos, aumentó de 45 mil a 94 mil elementos.

La operación contra el narcotráfico recayó en dos instituciones, aunque el mayor peso lo tuvo el Ejército, indicaron las fuentes consultadas.

En el caso de los policías, lo primero que se hizo fue concentrar a los agentes en la ciudad de México desde la última semana de septiembre de 2009 en el centro de mando de la Policía Federal en la delegación Iztapalapa.

“Las instalaciones para el alojamiento resultaron insuficientes, y se tuvieron que colocar campamentos provisionales, con tiendas de campaña y grandes lonas que cubrían los camastros de los agentes.

En la zona se crearon tendederos donde los elementos colgaban sus prendas, hubo al menos 200 enfermos de gripe, y se contrataron baños móviles, señalaron las fuentes.

Los únicos elementos de la SSP federal que siguieron con sus rutinas fueron los encargados de la seguridad en los penales federales, los agentes asignados a la vigilancia en carreteras y aeropuertos del país, así como las células dedicadas a inteligencia y análisis.

El desplazamiento de agentes se hizo primero al Distrito Federal, como se realizan los cambios de elementos en cada entidad. Luego se dividieron en grupos para cada estado con instalaciones de LFC, pero más de 5 mil quedaron en espera de órdenes para intervenir en caso de que los integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), pretendieran tomar las instalaciones, dijeron los entrevistados.

“El temor del gobierno era que los trabajadores se apoderaran de los inmuebles, creían que el conflicto iba a escalar, por eso el presidente Calderón decidió enviar casi toda la policía que tenía y que para eso fue constituida.

“En la actualidad, de todos los que participaron (entre 23 mil y 27 mil elementos), aún quedan como 13 mil distribuidos en el Distrito Federal, Hidalgo, Morelos, Puebla y el estado de México.

La concentración de policías derivó en que la milicia aumentó el tiempo de campaña contra el trasiego de drogas de cada soldado. Normalmente cada militar cumple misiones de tres meses y luego son regresados a su base de origen para que por las mañanas realicen sus tareas castrenses, y por la noche se reúnan con su familia.

El aumento de agentes federales en Ciudad Juárez, donde se hicieron cargo de la seguridad pública en la zona urbana de esa comunidad fronteriza, “fue realmente el retorno de los policías federales que estuvieron en actividades de vigilancia, a los operativos contra el crimen organizado”, concluyeron los entrevistados.