Las mejores contrataciones de Vergara han sido Flores y Real
uadalajara y Atlas son los únicos clubes que desde hace mucho tiempo trabajan con planes consistentes y serios en sus fuerzas básicas. Otros equipos que se dicen grandes, como América y Cruz Azul, cumplen un largo ayuno sin dar a luz una figura relevante, mientras Pumas se ha quedado en el limbo; su más reciente obra fue el sinaloense Héctor Moreno, hoy en el holandés AZ Alkmaar.
Chivas se ubicó esta semana en la palestra con la exportación de Javier Chicharito Hernández al futbol inglés. Al habilidoso atacante le bastaron dos torneos jugando a tope para dibujar un esbozo de su potencial: su capacidad física que lo lleva a tener un derroche de energía los 90 minutos, así como el aspecto futbolístico, visión de campo, potencia con ambas piernas y buen juego aéreo.
Jorge Vergara ha sido severamente criticado por su mezquindad para contratar entrenadores y jugadores, y su proclividad para vender figuras (Oswaldo Sánchez, Carlos Salcido, etcétera). Pero sin duda el empresario ha tenido dos méritos cruciales: contratar a los mejores técnicos especialistas en fuerzas básicas, los ex atlistas Efraín Flores y José Luis Real, y recientemente al directivo ex toluco Rafael Lebrija.
Flores y Real conocen la plantilla rojiblanca como la palma de su mano y mucho tuvieron que ver con el producto llamado Chicharito Hernández. Hace unos meses, Lebrija platicaba sobre las dudas del dueño del Rebaño en torno a la conveniencia de contratar a un técnico de fama para el primer equipo: “sentí que el Güero era muy parecido en su forma de ser y trabajar con quien yo había tenido mucho éxito, el profe (Enrique) Meza, y defendí su permanencia”.
Los Zorros, a pesar de sus casi 60 años de no ganar un título de liga, generan envidia no sólo por tener una porra numerosa y fiel que ya quisieran clubes ganadores como Pachuca y Toluca, sino que además han exportado a los jugadores más exitosos de los años recientes: Rafael Márquez y Andrés Guardado. También han producido para el mercado nacional: Oswaldo Sánchez, Pável Pardo, Jared Borgetti, Mario Méndez y recientemente Jesús Corona.
América, que sólo ha sumado fracasos importando técnicos y jugadores al por mayor, apenas parece cimentar un proyecto a futuro en la cantera de la mano de Jesús Ramírez y Alfredo Tena. Sin embargo, no se sabe si la paciencia de su directiva y afición les alcance para ver frutos. En tanto, Cruz Azul jugó un curioso papel en la salida del Chicharito al Manchester United.
El tío incómodo, Víctor Garcés, promovió el financiamiento de costosos estudios en administración del deporte en Inglaterra para su sobrino Marco Garcés, con apoyo del club cementero, quien se relacionó y recomendó en el ManU al explosivo Javier Hernández. La transacción se concretó, el sobrino volvió a México para ejercer su sapiencia en Pachuca; ¿y Cruz Azul?, feliz en su papel de hermana de la caridad.
La batalla por los restantes seis boletos a la liguilla se cierra. Sólo Monterrey y Chivas han asegurado su pase a cuartos de final. En el grupo uno se aplican Toluca y Atlas para secundar al mermado Rebaño Sagrado, mientras los Gallos parecen haberse relajado y tras rubricar su permanencia en el máximo circuito sumaron su segunda derrota al hilo.
En el segundo pelotón albergan esperanzas Morelia, América y Pachuca, mientras el tercer sector se puso al rojo vivo con el triunfo de Pumas sobre Santos. Los auriazules tomaron la cima ante el inexplicable declive de los de Torreón, y La Máquina volvió a la irregularidad al perder cuando parecía haber alcanzado su paso firme. Atlante está en la línea de la indecisión; requiere un cierre de torneo perfecto para colarse a la liguilla.
Un campanazo más resultó el dopaje de Omar Gato Ortiz. Curiosamente, justo cuando la Conmebol se disponía a ventilar el positivo del portero suplente del Monterrey, la Federación Mexicana de Futbol decidió adelantarse y dar la noticia. Ahora resulta que solamente cuando los clubes mexicanos participan en torneos internacionales salen a la luz los casos de jugadores dopados, lo cual hace pensar que en la liga mexicana no se hacen con rigor estos exámenes.