La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) confirmó que con 41 millones de pesos del programa Trópico Húmedo y el apoyo del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias impulsa la producción de café robusta –principal materia prima para la elaboración de café soluble, y para algunas mezclas de tostado y molido– en áreas marginales bajas de nueve estados.

Especificó que mediante la técnica de estacas enraizadas se impulsa la producción de café robusta en zonas que están debajo de los 600 metros sobre el nivel del mar en Chiapas, Oaxaca, Puebla, Veracruz, y Guerrero –donde la cafeticultura es tradicional–, además de Yucatán, Tabasco, Campeche y Quintana Roo, que se sumarán a la producción de dicho tipo de grano.

Ante la denuncia del Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas (CNOC) del uso de recursos fiscales para respaldar a empresas trasnacionales como Nestlé –que comercializa 80 por ciento del café soluble en el país– para la producción de café robusta, lo cual pone en riesgo la campaña que desde hace años mantienen los cafeticultores para fomentar el consumo de café de alta calidad, la Sagarpa y el coordinador ejecutivo de la Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café, Rodolfo Trampe Taubert, descalificaron los señalamientos.

La empresa Agromod, localizada en Tapachula, Chiapas, participará en el desarrollo de dichas plantillas de café, que pondrá a disposición de los agricultores, asentó en un comunicado la Sagarpa. Trampe Taubert sostuvo que el compromiso de la dependencia es atender, con base en criterios de elegibilidad de los programas, a todos los productores formales de café, incluidas a las 19 mil familias que cultivan el tipo robusta en 34 mil hectáreas en Chiapas, Veracruz, Oaxaca y Puebla.

Dado que más de 57 por ciento del consumo de café en el país es soluble, la producción del tipo robusta como materia prima es insuficiente, por lo que la industria nacional debe recurrir a importaciones.

El dirigente de los cafeticultores de la Confederación Nacional Campesina, Gabriel Barreda Náder, asentó que 40 mil campesinos serán integrados a dicho programa, cuya producción será entregada a Nestlé.

La propuesta es integrar a la cadena comercial a los pequeños productores que hace cuatro años fueron excluidos de los programas de la cafeticultura por tener sus cafetos por debajo de los 550 metros sobre el nivel del mar. Se busca que los 800 millones de pesos anuales que gastan las grandes empresas en importar el café robusta se queden en el país para mejorar la economía de esos productores.

En una década se podrían cultivar los 500 mil quintales anuales que necesitan Nestlé y otras industrias, ya que la productividad de dicho tipo de grano es cuatro veces superior al café arábigo. Estamos revisando los esquemas de producción y mercado con las empresas para firmar un acuerdo de abasto de la materia prima por al menos una década, que incluya un precio por arriba de los costos de producción.

En el estudio Análisis prospectivo de la política cafetalera, que la FAO, a petición de la Sagarpa, entregó en 2006, asienta que debido al alto costo de producción de café robusta, en comparación con Brasil y Vietnam, y ante un mercado desprotegido, es poco racional apoyar un volumen de producción (de dicho tipo de grano) más allá de 3 a 5 por ciento de la producción total actual, que actúa como una forma de suministro seguro para la industria doméstica del soluble.