El realizador expresa su temor de que la película, a estrenarse el viernes, sólo esté una semana
El protagonista, un ex roquero, no tenía posibilidades de volver a tocar, y yo de volver a filmar, expresa
Ninguna razón es suficiente para condenar y boicotear al cine nacional
Martes 13 de abril de 2010, p. 9
Entre la vida y la muerte, Alfonso Corona comenzó el rodaje de la película Euforia, pues empezó su trabajo de director cuando aún no sanaba de una operación. Primero estaba su compromiso con el cine.
En entrevista, Corona afirmó estar muy nervioso porque su cinta, que se estrenará el viernes 16 de abril, podría correr una suerte ingrata y dejar la pantalla en una semana. Es decir, cuatro años de trabajo pueden irse prácticamente a la basura si el público no asiste a las salas.
Durante la filmación, que se efectuó en Querétaro, Guanajuato y el Distrito Federal, el realizador había perdido 13 kilos por la enfermedad. La cinta tiene a su favor un elenco de primera y una historia que revoloteó en su cerebro varios meses. Yo llevaba varios meses pensando sobre la historia de un ex roquero obsesionado con Jim Morrison, el cantante de The Doors, y la muerte.
Dos borradores
Agregó: Había escrito dos borradores, pero luego me tuvieron que operar tres veces en un lapso de tres meses. En ese momento experimenté una especie de derrota, porque me sentí sin salidas para hacer cine. Sin embargo, entre los dolores que tenía y los efectos de la morfina empecé a redactar un nuevo borrador; la historia cambió totalmente, era el reflejo de cómo me sentía en el hospital, sentimiento que también vivía mi personaje central, pues se trata de un roquero al que le cerraron todas las puertas y ventanas. Él no tenía posibilidades de volver a tocar, y yo de volver a filmar
.
El proceso comenzó en 2006 y el trance en el hospital fue en 2007.
Corona salió del hospital y su productor llevó la carpeta de Euforia al Fidecine para obtener financiamiento. “Filmábamos de tres a cuatro horas al día. Tomaba siestecitas y algunos tés; tenía la obligación de estar muy concentrado. Logramos terminar la película a tiempo… bueno, con medio día de retraso.”
Considera que la industria se maneja hoy más con valores de mercadotecnia y publicidad. En el cine mexicano, en los años pasados las películas que han salido con 150 copias han tronado en su mayoría. El gasto en copias se vuelve inmoral, porque cada una cuesta más de mil dólares, a lo cual hay que sumar el costo de la publicidad. En mi caso trabajo con una distribuidora muy chica, Dragón Multimedia. Se sabe del desprecio que hay hacia el cine mexicano en mucha gente del público, criterio tal vez muy bien ganado por tanta cinta mala. Las causas de esta idea negativa son varias e incluyen a señoras que afirman que las películas son malas y con groserías, pero eso es ridículo porque en filmes de (Martin) Scorsese se dicen muchas más; queda la idea de que el cine mexicano es corriente y repetitivo. Pero ninguna razón es suficiente para condenarlo y boicotearlo.
Sobre el casting, precisó que algunos productores y directores escriben el guión pensando en el actor con el que van a trabajar. Le agrada el proceso, pero en este caso fue inevitable la decisión en favor de Humberto Zurita, quien acudió a una cita con Corona disfrazado de Jim Morrison, con tatuajes incluidos. El resto de los actores pasaron por el casting normal, como Ana Serradilla y Fernando Luján.
Después de 15 minutos de fama
“Mi protagónico bien pudo haber sido arquitecto, carpintero o abogado, pero el personaje es más interesante porque es un ex roquero, porque en la industria de ese género los jóvenes son los que tienen éxito, pero a los 27 o 28 años, si realmente no tuvieron el talento necesario son unos fracasados y se convierten en ancianos, pasan a ser un desecho. Esto ocurre mucho por la influencia del sueño americano.
“Eso le sucede al personaje que interpreta Zurita, quien tuvo sus 15 minutos de fama, pero llega a los 27 años y se retira derrotado; 20 años después quiere regresar a su juventud y recobrar el éxito, en eso andaba cuando conoce a Ana (Ana Serradilla), pero eso sólo es el inicio de mi película, que es un road movie.”
Euforia, dijo, permite reflexionar. “Lo que no se hace a tiempo, cuando uno quiere realizarlo regularmente ya se padecen enfermedades o falta la energía necesaria. Es una historia que se repite en muchas personas.
“Los personajes de mi película están a punto de dar un cambio a su vida. El protagonista logra cruzar el umbral. Los gringos dividen a la gente en fracasados y triunfadores, pero eso es muy duro y absurdo”, señaló.
Corona, quien realizó su primera película, Preparatoria, en los años 80, confía en que el público apoyara Euforia para que permanezca en cartelera.